Los próximos meses serán de súper acción electoral. En junio habrá elecciones en Misiones, Santa Fe y Formosa, mientras que entre julio y agosto deberán cerrar las listas bonaerense y nacional, casi a la par de los comicios provinciales ejecutivos de Corrientes. Serán semanas de reunionismo intenso y de negociaciones paralelas para arribar a los mejores acuerdos. En medio de todas esas especulaciones, volvió a levantar vuelo el nombre de Patricia Bullrich en la Capital Federal.
Alguien que conoce bien a Patricia asegura que ella está en una etapa muy “zen”, relajada, completamente dispuesta a colaborar y ayudar en lo que pueda o le pidan. Si hace algunos meses la senaduría le parecía poco atractiva, ahora no la mira con malos ojos y ya se mostró, en más de una ocasión, en condiciones de hacer lo que el Presidente le solicite.
“Yo cumplo la tarea en la que estoy, no quiero pensar en un próximo paso. Por supuesto que si me requieren y el equipo discute que es mejor que me presente lo haré. Pero ahora estoy con una misión, la cual intento cumplir todos los días y no pienso en ser candidata”, dijo esta semana en declaraciones a la prensa.
A Bullrich le gusta el hacer, se siente cómoda en el Ministerio de Seguridad, desde allí puede mostrar resultados, estar en contacto con dirigentes políticos y la ciudadanía en general. Todos aspectos clave a la hora de pensar en una construcción política. Pero, si bien no hay certezas, hay sensaciones. Y una de ellas indica que la ministra va a ser llamada a jugar en octubre.
Hoy por hoy, a Patricia le dan bien las encuestas y existe la confianza casi total en que podrá encabezar una victoria en la Capital Federal en la contienda por los cargos nacionales. Del otro lado, la figura que podría hacerle peso es Mauricio Macri que, por el momento, se mostró poco interesado en jugar. De hecho, ya descartó públicamente ser candidato y, hacia adentro, manifestó que no quiere ocupar ningún cargo público.
El bullrichismo es consciente de que Patricia está en condiciones de destacarse en el lugar que le toque y que una eventual senaduría podría no ser incompatible con la aspiración de un armado porteño en dos años.
No es fácil construir una candidatura ejecutiva desde el Congreso, en especial porque no todos tienen la capacidad de sobresalir entre 72 senadores o 257 diputados. Pero piensan que, con Victoria Villarruel comandando la Cámara Alta y un peronismo mucho más disminuido – que apuesta a quedarse con un tercio de la composición después del 10 de diciembre -, puede hacer mucho show, fácilmente redituable. No sin cierta maldad, una fuente aseguró que fue más difícil ganarle a Horacio Rodríguez Larreta en la PASO del 2023, sin recursos.
Bullrich se siente cómoda en el ambiente de la campaña. Hace dos años recorrió todo el país, ahora fue una pieza fundamental de la elección a concejales porteños, en octubre puede llegar a tener que militar su propio nombre y en dos años, de sostenerse el plan, repetir para intenta comandar la Ciudad. La pretensión bullrichista 2027 quedará atada a los deseos futuros de la ministra.
Hay quienes dudan del impulso que el gobierno nacional pueda darle a una candidatura de la funcionaria este año, por dos factores. Por un lado, porque si gana será inevitable su propulsión para los comicios ejecutivos. Por el otro, atado a ello, porque no es libertaria pura y probablemente quieran apuntalar una cara 100% propia.
Manuel Adorni, después de la victoria en las legislativas porteñas, debería ser el nombre más lógico para intentar ese puesto. Se dice que no está demasiado entusiasmado pero que, eventualmente, irá el que mejor mida en dos años. “Ella es ellos, no hay diferencia”, defendió un bullrichista.
Lo cierto es que Bullrich es una de las funcionarias mejor rankeadas. Según el informe de mayo de Giacobbe, supera por dos puntos en imagen positiva a Javier Milei (41,4% y 39,6% respectivamente) y tiene dos menos de negativa (51,7% y 53,1%). Parte de esa aceptación se explica en la convicción de que la ministra es la única que puede terminar con la inseguridad y los piquetes, tal como lo reflejó el estudio de DC Consultores de abril. En ese rubro, la dirigente superó el 70% de adhesiones, enfrentada a Mauricio Macri y el peronismo.
Para DC, una de las pocas que pudo predecir el orden de candidatos en CABA, la titular de Seguridad cuenta con más del 65% de imagen positiva en CABA, apenas por debajo de Milei y alrededor de 15 puntos arriba del jefe del PRO a nivel nacional.
También para Proyección Consultores, en su estudio de mayo, Patricia es una de las funcionarias más valoradas. Se ubicó un punto por debajo del Presidente (48,7% frente a 47,6%), pero con menos imagen negativa que el jefe de Estado (48,6% versus 47,7%), por lo que ambos protagonizan un empate. En este informe, la ministra también quedó mejor posicionada que Macri, el enemigo a destronar por el bullrichismo.
Es, en definitiva, una candidata potable para el gobierno. Por el escenario que arrojaron las elecciones del 11 de mayo, de repetir la tendencia, La Libertad Avanza podría quedarse con el primer puesto y, de ese modo, colocar dos senadores. El tercer puesto para el PRO fue poco prometedor, ya que podría quedarse sin nada, dejándole una oportunidad enorme al peronismo. Será clave el accionar del centro político, que tiene la posibilidad de unificarse o de repetir la fragmentación de las legislativas locales.
En provincia, Bullrich tampoco descarta nada y los rumores sobre una candidatura de Diego Valenzuela, alcalde de Tres de Febrero, no son descabellados. El intendente violeta tiene sobre la mesa la posibilidad de encabezar una boleta en la primera sección electoral, donde también suena Diego Santilli.