El Tribunal Nº 2 de Campana -compuesto por los jueces Daniel Répolo, Lucía Leiro y Mariano Aguilar- es testigo del calvario que debió vivir la modelo y conductora Julieta Prandi en el marco del juicio contra el empresario y expareja Claudio Contardi, quien abusó de ella durante más de tres años de relación. Si bien este jueves se presentaron diversos testigos, la jornada del miércoles estuvo atravesada por las declaraciones de los principales protagonistas del hecho y lo más resonante, sin duda alguna, fue la insólita defensa del imputado frente a los magistrados.
Si bien no se esperaba que el acusado declarara, ya que la primera audiencia comenzaría con el testimonio de la modelo y conductora damnificada, la defensa solicitó al Tribunal que pueda expresarse luego de negarse a hacerlo en la etapa de instrucción. "No han visto a alguien mentir de esta forma, como lo han hecho contra el imputado, las mentiras son increíbles", aseguró.
Fuentes de la causa aseguraron que Contardi estaba muy nervioso y eso se reflejaba en su accionar físico: estaba encorvado, no dejaba de mover una de sus piernas al hablar y en cada frase que decía, se escuchaba una "voz temblorosa" además de importantes dudas en el relato. "Nunca abusé de ella sin su consentimiento", dijo llorando frente a los jueces. Sus pausas largas entre cada frase dicha, generó que el silencio en la sala de Tribunales fuese aún más notorio. Más allá de esto, cuando repitió su relato, se corrigió y aseguró: "Nunca tuve relaciones sexuales con ella sin su consentimiento".
En esa línea, el acusado sostuvo que es un hombre de familia, que acaba de ser papá con su nueva pareja hace 20 días y que "estaba enamorado de Julieta, tuvimos dos hijos porque el deseo era de ambos". En varias ocasiones dio detalles de "un matrimonio feliz", cómo se conocieron, la relación con sus hijos previo a lo ocurrido y sostuvo que "nunca pensé que iba a pasar esto". Más allá de esto, no contestó preguntas y marcó, principalmente, que se trata de "mentiras" por una cuestión económica.
Mientras Contardi daba su versión de los hechos, el Poder Judicial de Campana desplegaba una importante serie de medidas de seguridad y protección para la denunciante; entre ellas, la colocación de un biombo para que Prandi no tenga ningún tipo de contacto con su ex marido. "Julieta me pidió por favor no verle la cara a este sujeto. La presencia física de víctima e imputado en un juicio de estas características puede causar una revictimización absoluta", aseguró Javier Baños, abogado que forma parte de la querella.
Pruebas, coherencia en el relato y testigos: qué dijeron
Este jueves, en la segunda jornada del proceso penal, la licenciada Teresa Gamburro -perito del Centro de Asistencia a la Víctima- fue la primera en tomar la palabra. Tras los peritajes realizados sobre Julieta Prandi, aseguró que existen evidencias de que "fue víctima de violencia sexual, psicológica, emocional y económica" durante su relación. "Escuchamos el proceso por el cual una persona se convierte en victima, nos encontramos con una persona en una situación de vulnerabilidad, e incluso una inclinación suicida por el sometimiento sufrido", expresó.
Quien necesite ayuda o para alguien de su entorno cercano puede acudir al centro de salud más cercano o comunicarse las 24 horas a la línea telefónica para atención en Salud Mental: 0800 999 0091.
Asimismo, la perito remarcó que desde un principio observó "muchos sentimientos de culpa" y que "le era muy difícil pedir ayuda y salir de la situación de abuso" que, tal como señaló la modelo y conductora, también incluyó a uno de sus hijos.
"Me encontré con una persona violada en todos los aspectos"
El cantante, actor y compositor argentino, Emanuel Ortega, se encuentra en una relación con Julieta Prandi desde 2020. Testigo de cómo vivió sus últimos años la conductora, aseguró que se encontró con una "persona rota y ultrajada" y que la conoció en un momento de "reconstrucción, aunque con un dolor inmenso". Y añadió: "Me encontré con una persona violada en todos los aspectos que se les pueda ocurrir".
"El zamarreo psicológico y emocional sobre esos dos niños no lo quisiera ver nunca más. Eso veía cada vez que los chicos volvían con su mamá. La indignación que fui acumulando durante todos estos años de pareja no se los puedo contar, lo que vi como hombre y como persona me da vergüenza ajena", detalló. Y agregó: "Las cosas que escuché y las que viví me hacían dar ganas de ir a buscar a este individuo".