La gastronomía argentina volvió a brillar en el plano internacional gracias al alfajor, que fue reconocido como una de las mejores galletitas del mundo. En un ranking publicado por Taste Atlas, esta delicia típica del Río de la Plata se posicionó en el tercer puesto, con una puntuación promedio cercana a 4,4 sobre 5 basadas en opiniones de usuarios verificados.
El sistema de votación implementado por Taste Atlas se caracteriza por filtrar bots y evitar campañas masivas, lo que garantiza que la valoración refleje genuinamente la preferencia de los consumidores alrededor del mundo. Esta metodología le otorgó al alfajor un lugar destacado entre las opciones más valoradas a nivel global.
Las 5 mejores galletitas del mundo, según Taste Atlas
En la cima del ranking se ubicaron las Melomakarona, galletitas tradicionales de Grecia asociadas a la época navideña. Estas se elaboran con ingredientes como miel, ralladura de naranja, canela, aceite de oliva y coñac, y se terminan con un baño de almíbar de miel y nueces molidas, una combinación que les da un sabor único y muy especial.
El segundo puesto fue para el Makroud el louse, un dulce típico del norte de África, especialmente de Argelia. Esta galletita se prepara con almendras, huevos y azúcar, aromatizada con agua de azahar, horneada hasta lograr un dorado perfecto y luego rebozada en azúcar impalpable, lo que la convierte en una opción irresistible para los amantes de los sabores exóticos.
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El alfajor, en cambio, es un clásico que representa la cultura argentina y uruguaya. Consiste en dos galletas redondas y quebradizas rellenas generalmente con dulce de leche o mermelada, y cubiertas con chocolate o azúcar glacé. Su nombre proviene del árabe al-hasú, que significa “relleno”, y su receta tiene raíces en Andalucía, España, aunque fue adaptándose y ganando identidad propia en Latinoamérica.
Muy cerca del alfajor, con una puntuación de 4,2 puntos, se ubicó el stroopwafel, una especialidad de los Países Bajos. Estas galletas están compuestas por dos finas obleas rellenas con un jarabe dulce hecho a base de azúcar, manteca y canela. Se cree que fueron creadas a fines del siglo XVIII por un panadero llamado Gerard Kamphuisen en la ciudad de Gouda, quien utilizó restos de masa y almíbar para inventar esta delicia.
El quinto lugar fue para las colas de enagua, un tipo de galleta de manteca muy popular en Escocia. Se destacan por su forma triangular y textura delicada, y su nombre tiene dos posibles orígenes: una referencia a los pliegues de las enaguas del siglo XVI, usadas por María, reina de Escocia, o una derivación del francés antiguo petits cotés, término para galletitas. Tradicionalmente, se espolvorean con glacé y se disfrutan durante la hora del té.
