El líder de la secta rusa “Ashram Shambala”, Konstantin Rudnev, sigue detenido en el penal de Rawson acusado de trata de personas y reducción a la servidumbre mientras que los otros 21 involucrados fueron liberados pero siguen bajo investigación en la causa que lleva adelante el fiscal Fernando Arrigo y que se originó en Bariloche, después de que una joven diera a luz en el Hospital Ramón Carrillo y que sus acompañantes, que no la dejaban ni siquiera hablar, rompieran los papeles del recién nacido y buscaban imponerle el apellido del líder del grupo.
Fuentes judiciales confirmaron a El Destape que con los datos analizados están convencidos de que hay más víctimas de la organización aunque todavía falta poder identificarlas, ya que sólo se cuenta con el conocimiento como víctima de la joven que fue mamá. Es posible que parte de esas personas, aseguró la fuente, haya sido captada por la organización, esté tan confundida que no comprenda que es víctima de la red y siga convencida de los engaños y la manipulación psicológica que desde los líderes bajaban a los involucrados.
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La investigación apunta a que existen más víctimas y que Rudnev buscaba conseguir documentación para su residencia legal en Argentina y también la documentación brasileña. De esta forma, de algunos informes de la causa se desprende que la secta de origen ruso estaba presente en Argentina y Brasil desde hace varios meses y que la llegada del líder se dio luego de que la Justicia de Montenegro dictara su captura. Una vez instalados en Sudamérica, la fachada de la organización siguió siendo la de un grupo vinculado al yoga y prácticas espirituales aunque el fiscal entiende que a través de esa máscara buscaban captar principalmente a mujeres para someterlas a delitos vinculados con la explotación sexual. Esa manipulación se daba a través de castigos físicos, controles estrictos y manipulación psicológica.
Los investigadores siguen analizando el material secuestrado a los involucrados en la causa, entre los que hay una gran cantidad de celulares, chips y computadoras. Además, secuestraron documentación y analizaron comunicaciones donde se explica cómo debían proceder en cuanto a los castigos a quienes incumplan las reglas, las pautas para la alimentación de las mujeres y los controles dentro de las casas que alquilaban. Entre esos documentos, se detallan castigos por comer un pedazo de pan cuando el líder no lo permitía. Estas restricciones alimentarias se condicen con el estado de desnutrición y pérdida de cabello y dientes de varias de las mujeres vinculadas a Rudnev, aunque según la investigación, el líder las convencía de que “estaban renaciendo a una nueva raza y sólo se alimentarían de la energía divina”.
Ahora, en tanto el fiscal avanza en la causa y busca más víctimas de la secta tanto en Argentina como en Sudamérica, el juez Gustavo Zapata ordenó que los 21 sospechosos liberados no puedan salir del país ni tener ningún tipo de comunicación con la joven rusa que dio a luz y desnudó la presencia de la secta en Bariloche. Además, todos deberán fijar una residencia fija y presentarse una vez por semana en la comisaría de la Policía Federal más cercana a ese domicilio.
Por su parte, Konstantin Rudnev seguirá detenido en el penal de Rawson donde fue trasladado ya que consideran que es un detenido de alto perfil y debe ser alojado en un lugar de máxima seguridad mientras avanza la investigación contra él por trata de personas, reducción a la servidumbre y explotación sexual.