El 2 de noviembre de 2024, la provincia de Córdoba y todo el país se paralizaron por un caso espeluznante: Aralí Vivas, de 8 años, fue hallada asesinada en su casa de Brinkmann, en el este cordobés. A seis meses del crimen, la Justicia avanza con la investigación y la causa se encamina hacia la verdad.
Aralí fue encontrada sin vida dentro de la vivienda que compartía con sus hermanos más chicos. La autopsia reveló que no hallaron monóxido de carbono en sus pulmones y que presentaba “un traumatismo en la zona craneal”. Unos días después, se agregó que el inmueble fue incendiado intencionalmente para tapar algo peor: que había sido abusada sexualmente previamente al homicidio.
Tras las inspecciones, la investigación determinó que el cuerpo de la niña presentaba material genético masculino de Matías Ezequiel Simeone (33), padrastro de la víctima y de Cristian Hernán Varela (40), su amigo. Ambos se encuentran detenidos y están acusados de homicidio criminis causa, un delito por el que podrían recibir una condena a prisión perpetua. Simeone es pareja de Rocío Milagros Rauch (28), madre de la víctima, quien es la tercera detenida de la causa. La mujer está acusada por homicidio calificado (omisión de cuidado).
A poco más de seis meses del asesinato de la nena en la localidad de Brinkmann, Rauch dijo que, aquel trágico día, se encontraba en la ciudad de Morteros y recibió una llamada de su hermana para contarle que hubo un incendio en su casa y que su hija había “quedado adentro”. “Cuando llegué, la casa estaba completamente incendiada y nadie me quería decir que mi hija había fallecido”, aseguró.
Rauch fue consultada el mismo día del crimen si sospechaba de abusos por parte de Simeone contra su hija: “Me empiezan a insinuar si yo no había visto algo raro entre él y mi hija, yo le dije que no porque era verdad, jamás vi una reacción rara de él hacia mi hija, ni de Aralí un cierto rechazo hacia él”, afirmó para defender a su pareja.
“Yo creo que hubiera reaccionado de otra forma si ellos desde el principio me hubieran dicho: ‘Rocío esto no fue un accidente, fue un incendio provocado´”, sostuvo, y continuó: “Después me empiezo a enterar de que no había sido un accidente y lo que cometieron con Aralí fue desastroso”.
Consultada sobre si Simeone estaba drogado ese sábado 2 de noviembre del año pasado, la madre sostuvo que lo vio “medio raro”. En ese sentido, explicó que su pareja consumía “en ocasiones” y que habían “hecho un tratamiento en el RAC de Brinkmann para salir de las adicciones”.
En el cuerpo de la niña había material genético masculino, pero no se conoció el resultado de ADN que indica si es de Simeone o de Varela. En una insólita defensa, Rauch señaló que “no hay pruebas” de que su pareja la haya abusado aunque sí confirmó la violación. “Con lo que ha hecho de prender fuego a mí me da mucho a pensar”, dijo en una entrevista para el Noticiero Doce.
Por otro lado, contó que el vínculo entre su hija y su novio “eran muy unidos”. “Él la retiraba del colegio y las maestras me decían que ella estaba muy contenta cuando la iba a buscar porque les decía ‘ahí viene mi papá, bueno él no es mi papá, pero yo lo quiero como si fuera mi papá’”, recordó.
La madre de Aralí aseguró que está “pagando injustamente detrás de las rejas”. “Me acusan de algo horrible, realmente horrible”, se defendió. nuevamente Por último, pidió Justicia “por ella, por mí, por sus hermanitos y por todas las personas que sufrimos”.
Caso de Aralí: imputados y complicados por el crimen de la nena de 8 años
El expediente volvió a manos del fiscal de San Francisco Gieco, quien se encuentra como subrogante en la fiscalía de Morteros, tras la salida de su par Yamila Di Tocco. Simeone, Varela y Rauch son los tres sospechosos del crimen que se encuentran detenidos bajo prisión preventiva, por lo que llegarán al juicio en esa condición.
Con el correr de la investigación, el fiscal Gieco fue cambiando la caratula. En primera instancia, imputó a los dos hombres por el supuesto delito de homicidio simple. Luego, tras analizar el caudal probatorio, pasó a acusarlos por homicidio calificado y, previo a derivar la causa a su par de Morteros, decidió que acusarlos por un abuso previo a la muerte.
De esta manera, Simeone y Varela quedaron imputados como supuestos autores de homicidio criminis causa. Aunque tenían abogados en un primer momento, estos decidieron renunciar. De esta manera, la Justicia busca nombrar a dos representantes ad hoc.
En el caso de Rauch, la mujer se encuentra imputada por supuesto homicidio calificado por el vínculo (omisión de cuidado) y es representada por el asesor letrado de Morteros.