Poco después de ser detenido por el brutal ataque a un hombre a la salida de un partido de fútbol, Gastón Zárate fue acusado inicialmente de homicidio simple y quedó a disposición de la Justicia de Córdoba y del fiscal Javier Di Santo. Tanto el detenido como el investigador ya se conocían y tienen como antecedente un cruce en la historia judicial cuando el fiscal ordenó la detención de Zárate acusándolo del crimen de Nora Dalmasso en 2007 y después de una marcha en Río Cuarto conocida como “la marcha del perejil” fue liberado y finalmente sobreseído en 2011. Mientras tanto, las denuncias contra Di Santo crecieron y hoy lo tienen a la espera de un Jury por mal desempeño.
La nueva causa, iniciada este sábado, tiene al albañil Gastón Zarate acusado de matar a un hombre de 37 años llamado Rubén Ezequiel Acuña Ustarroz. El crimen ocurrió, según reconstruyeron los investigadores, después de una serie de discusiones durante un partido de fútbol. Zárate había llegado al complejo deportivo junto a sus hijos de 15 y 17 años y durante el partido había mantenido alguna discusión con Acuña Ustarroz. “Era una cosa normal de un partido pero después la siguieron”, detalló un testigo a la policía. Ese después fue a la salida del complejo cuando la víctima y apodado “perejil” volvieron a discutir con los hijos de Zárate en medio. Allí, el agresor fue hasta su auto y tomó un hierro utilizado en la construcción y golpeó en la cabeza al hombre que murió en el acto.
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“Ellos se conocían de la cancha porque mi hijo iba de vez en cuando a jugar a la pelota y distraerse”, contó Beatriz, la mamá de Rubén y agregó “para mi hijo ir a jugar era un cable a tierra porque él no sale, no toma, estudia mucho. Él era una persona excelente”. Después de esa descripción, la mujer señaló que al albañil que se hizo conocido en la zona por el caso Dalmasso lo tenían identificado porque “siempre era muy violento, buscaba peleas y discusiones con cualquiera”. Esa descripción que hizo la mujer también fue señalada por algunos testigos que relataron a la policía lo ocurrido esa noche y el fiscal espera poder sumarlo a la causa dentro de las declaraciones testimoniales.
Además, Beatriz contó que Ruben Acuña Ustarroz era su “hijo adoptivo” ya que “su mamá lo dejó y yo lo crié, a sus 24 años me dieron el poder” y contó cómo era la vida del hombre asesinado, “él estudiaba mucho, estaba estudiando ingeniería en electricidad y trabajaba todos los días. Su patrón le daba los días para estudiar porque le faltaba una materia y me decía que este año se recibiría”. Ahora, la mujer reclama Justicia y asegura “no entiendo como pasó todo esto, no me lo van a devolver nunca más”.
Mientras tanto, la causa sigue bajo investigación del fiscal Di Santo que mantiene detenido a Gastón Zarate y giró el expediente de uno de sus hijos, el de 17 años, a la Justicia de Menores. Para los investigadores, las pruebas contra “el perejil” son contundentes y no descartan que después de algunas pericias la acusación pueda agravarse.