Revolución en la ciencia: aseguran que el Hombre aprendió a caminar arriba de los árboles

Científicos hipotetizan que el Hombre habría aprendido a caminar arriba de los árboles. Los detalles de la teoría.

18 de octubre, 2025 | 15.59

La historia del origen humano podría necesitar una reescritura completa. Una reciente investigación del Instituto Max Planck propone que nuestros antepasados no aprendieron a caminar en la tierra, sino en los árboles. La idea desafía uno de los relatos más firmemente instalados de la evolución, y es aquel que sitúa al primer homínido bajando de las ramas y dando sus primeros pasos sobre la sabana africana.

Según los científicos, el impulso que nos llevó a erguirnos no habría nacido al tocar el suelo, sino mucho antes, en las alturas. La pista surge de un estudio con chimpancés salvajes en el valle de Issa, en Tanzania, un paisaje árido y abierto que, contra toda lógica, alberga una sorprendente vida arbórea. Allí, estos primates parecen haber encontrado una manera de moverse que se asemeja a los primeros ensayos de la marcha bípeda.

Cómo es la teoría que cambia la historia del Hombre

En el valle de Issa, los árboles son escasos, el suelo es caluroso y la vegetación se reduce a copas abiertas y dispersas. Pero los chimpancés que lo habitan no han renunciado a las alturas, sino que prefieren pasar la mayor parte del tiempo entre ramas delgadas, desplazándose con precisión y equilibrio.

Una investigación sobre la caminata de los chimpancés del Valle de Issa podría cambiar la historia sobre la evolución del Hombre.

Durante meses de observación, los investigadores documentaron más de 300 comportamientos diferentes. Notaron que estos chimpancés pasaban tanto tiempo en los árboles como sus pares de bosques tropicales, aunque el entorno fuera mucho más seco. Más aún, registraron desplazamientos llamativos, por ejemplo, individuos que caminaban erguidos sobre ramas finas o que se movían suspendidos bajo ellas, combinando fuerza y coordinación.

Los árboles del valle, al ser más abiertos y frágiles, obligan a adoptar posturas verticales para alcanzar frutos y semillas difíciles de recolectar. Esta necesidad constante de mantener el equilibrio en posición erguida podría haber sido un paso crucial en el desarrollo del bipedismo.

Qué supondría este hallazgo para la historia del Hombre

De confirmarse, el descubrimiento pondría en jaque la teoría tradicional de que el ser humano comenzó a caminar cuando abandonó los bosques. En lugar de surgir como una respuesta a la vida terrestre, la marcha en dos patas podría haber nacido como una ventaja evolutiva arbórea, facilitando el acceso a los alimentos y permitiendo moverse con eficacia en un entorno tridimensional.

El valle de Issa representa un escenario intermedio entre la selva y la sabana, muy similar al que habrían habitado los primeros homínidos hace millones de años. En ese paisaje mixto, moverse entre árboles dispersos habría requerido equilibrio, precisión y fuerza, exactamente las habilidades que caracterizan la locomoción bípeda.

Observar a los chimpancés de Issa, sostienen los investigadores, es como mirar hacia atrás en el tiempo. Su comportamiento ofrece una ventana al pasado evolutivo y sugiere que, antes de caminar sobre la tierra, nuestros antepasados ya ensayaban la postura erguida entre las ramas.