Chau cerveza: a esta edad deberías dejar de consumirla, según los expertos

Un neurólogo estadounidense fijó la edad límite para tomar cerveza y no tener consecuencia en la salud.

26 de noviembre, 2025 | 17.09

No hay nada más rico que una cerveza bien fría después del trabajo, en una juntada con amigos o simplemente para acompañar el almuerzo del domingo. En este sentido, para muchos, renunciar a ella sería casi impensado. Sin embargo, un neurólogo estadounidense aseguró que existe una edad a partir de la cual dejar la cerveza, no solo es recomendable, sino necesario.

Richard Restak, especialista en salud cerebral, explica que “el alcohol es una neurotoxina muy débil: daña las células nerviosas”, y que ese daño se vuelve más relevante en la vejez. Según detalla, a partir de los 65 años el cuerpo comienza a perder neuronas de forma más marcada, y cuidarlas se vuelve clave para mantener funciones esenciales como la memoria, la concentración y la agilidad mental.

Un neurólogo estadounidense aseguró que no hay que tomar cerveza después de los 65 años.

Aunque la pérdida total de neuronas a lo largo de la vida es de entre un 2% y un 4% según algunas investigaciones, lo que preocupa es el impacto que tiene el alcohol cuando la reserva neuronal empieza a disminuir. Por eso, Restak sentencia: “Si tiene 65 años o más, le recomiendo encarecidamente que se abstenga total y permanentemente del alcohol”.

Su postura está respaldada por estudios que relacionan el consumo de alcohol, como la cerveza, en el largo plazo con un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer. También se lo vincula con las caídas en adultos mayores, un problema que no solo genera lesiones sino que puede traer consecuencias graves.

Qué pasa si seguís tomando cerveza después de los 65 años

Desde el centro de rehabilitación Nirvana Recovery explican que el metabolismo se vuelve menos eficiente y que eso altera por completo el efecto de una bebida que antes parecía inofensiva. "La función hepática disminuye de forma natural, lo que afecta la producción de alcohol deshidrogenasa, la enzima encargada de descomponer el etanol", detallan.

Esto significa que el alcohol queda más tiempo circulando en la sangre y sus efectos son más intensos, incluso con una sola cerveza. A eso se suman dos características del envejecimiento: la pérdida de masa muscular y la reducción del agua corporal. Ambas hacen que el alcohol se distribuya en menos volumen, alcanzando concentraciones más altas y generando mareos, desorientación o fatiga rápidamente.

Los especialistas también señalan que la famosa “tolerancia” deja de ser un indicador de costumbre y pasa a ser una señal de que el cuerpo ya no responde igual. "La tolerancia deja de ser un signo de costumbre y se convierte en un indicador fisiológico. Por lo tanto, el cuerpo simplemente ya no puede procesar el alcohol con la misma eficiencia", advierten.