Existen 3 hábitos que la mayoría de las personas practica a la mañana y que tiene consecuencias negativas para la salud. Las rutinas que seguimos durante la mañana determinan nuestro estado de ánimo y niveles de energía. Aunque hay algunos hábitos que todo el mundo sabe que hacen mal, existen muchos otros que muchas personas naturalizan, y que según expertos, no son buenas para nuestra salud a largo plazo, ya que desregulan nuestro sistema nervioso.
Si creés que sos de esas personas que no logran funcionar bien a la mañana, es probable que el problema esté en tu rutina. Los hábitos que llevamos adelante todos los días influyen directamente en nuestra salud hormonal. Si por las mañanas te despertás cansado, sin energías o de mal humor, seguramente esté relacionado con tu rutina, que está estimulando de forma incorrecta a tu sistema nervioso.
Cuando estamos estresados o acelerados, se activa el sistema nervioso simpático, que prepara al cuerpo para las respuestas "lucha o huída". Esto es un rasgo evolutivo que tenemos en nuestro ADN y que nos prepara para situaciones de peligro inminente, como si nos estuviese por atacar un león. En la vida cotidiana actual, muchas veces activamos este sistema apenas despertamos. En lugar de eso, necesitamos activar el sistema nervioso parasimpático, que se relaciona con la relajación y regula funciones vitales como la digestión, la frecuencia cardíaca y la respiración.
Los 3 hábitos que seguro practicás a la mañana y que arruinan tu salud
1. Romper el ayuno tomando café
El café no es malo en medida justa, pero no debe ser lo primero que ingerís a la mañana. Tomar café con el estómago vacío y sin haber tomado un vaso de agua antes dispara la hormona del cortisol, encargada de regular el estrés. Además, empeora la deshidratación y puede generarte molestias digestivas como acidez, reflujo o gastritis.
"Si consumís café apenas te despertás, corrés el riesgo de aumentar esa deshidratación, ya que la cafeína es un diurético, lo que significa que elimina líquidos del cuerpo y te hace orinar más”, dice Maxine Yeung, dietista y fundadora de The Wellness Whisk, LLC, en diálogo con Real simple. Además, el café puede suprimir el apetito, lo que puede llevarte a saltarte el desayuno sin darte cuenta. "Dado que la deshidratación puede dejarte con cansancio y poca energía, tomar agua al despertar ayuda a activarte, y también a poner en marcha la digestión y el metabolismo", aconseja la experta.
2. Mirar el celular apenas te levantás
Mirar tu celular inmediatamente después de abrir los ojos puede poner tu cerebro en un estado reactivo. "Además del estrés y la distracción, el doomscrolling (ver noticias negativas sin parar) al despertarte puede hacer que tu cerebro asocie el acto de despertarse con ansiedad o estrés”, dice Annie Miller, terapeuta del sueño y fundadora de DC Metro Therapy.
En este sentido, señala que "con el tiempo, esto puede aumentar la ansiedad base, afectar la concentración y el estado de ánimo, e incluso interferir con el ritmo circadiano, especialmente si se convierte en tu rutina matutina". En vez de eso, cuando te levantás evitá las pantallas. Se aconseja que hagas algunas respiraciones profundas o estiramientos suaves.
3. No exponerte a la luz solar
La luz solar de la mañana es fundamental para mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, la ansiedad y la depresión. "Mantené la habitación oscura por la noche, incluso tapando luces de detectores de humo o pantallas, pero dejá que entre el sol apenas te despertás”, dice Pawlak. Si tenés la posibilidad, salí a tomar un ratito de sol durante la mañana, ya sea cuando te levantás o en algún recreo de tu trabajo. Lo ideal es tomar un mínimo de 20 minutos de sol al día para producir vitamina D, disminuir el cortisol y regular el ritmo circadiano.
Otros hábitos que practicamos a la mañana y que arruinan nuestra salud
4. Saltarse el desayuno
Nunca te saltees el desayuno. Después de toda una noche de ayunas, nuestro cuerpo necesita comer para recuperar energías. "Aunque no siempre es dañino, muchas veces conduce a comer en exceso durante el resto del día y la noche, lo que puede contribuir al aumento de peso y desajustes en los niveles de azúcar en sangre”, dice Yeung.
En este sentido, indica que "lo ideal es comer dentro de las dos horas posteriores a despertarse". "Si eso es muy difícil, recomiendo escuchar tu hambre y comer lo antes posible, priorizando proteínas, grasas saludables y carbohidratos ricos en fibra", cierra. Podés optar, por ejemplo, por unas tostadas integrales con huevos revueltos y/o palta, o un bol de avena con frutos rojos y almendras.
5. No practicar el mindfulness
Es ideal que todas las personas tengamos una actividad mindfulness por las mañanas, es decir, en la que tengamos que poner toda nuestra concentración durante unos minutos. Puede ser escribir en un diario, meditar o hacer yoga. Lo importante es que practiques la respiración consciente a la mañana antes de que empiecen las exigencias del día.
"El estrés crónico se acumula cuando no nos damos el tiempo de procesarlo o regularlo", dice Miller. “Sin un momento de presencia o reflexión, ese estrés tiende a acumularse y afecta el sueño, la digestión, la concentración e incluso el dolor crónico". Con apenas 5 minutos de respiración profunda, una reflexión rápida o escribir un par de líneas en un cuaderno, tu sistema nervioso se puede regular.
6. Empezar el día a las apuradas
Empezar el día corriendo y sin una rutina matutina activa el modo de estrés en el cuerpo. No dejes que eso se convierta en tu rutina, porque entonces, tu sistema nervioso va a estar alterado desde temprano. "Esto puede afectar tu capacidad para tomar decisiones y resolver problemas durante el día. Tu cerebro permanece más tiempo en modo ‘supervivencia’, lo que dificulta pensar con claridad o adaptarse a los desafíos. Un pequeño ritual tranquilo, como tomar el café con atención, hacer estiramientos suaves o salir al aire libre, puede marcar el tono de tu sistema nervioso y ayudarte a enfrentar el día con más claridad y calma", cierra la experta.