La Administración de Parques Nacionales denunció ante la justicia federal la presunta cacería de Acaí, la yaguareté reintroducida en El Impenetrable. El daño ambiental fue estimado en más de $2.600 millones. En este marco, se expuso el valor económico de la biodiversidad y su impacto en la crisis estructural del país.
La desaparición de Acaí, una hembra de yaguareté nacida en los Esteros del Iberá (Corrientes) y liberada en el Parque Nacional El Impenetrable (Chaco), fue denunciada como presunto caso de cacería ilegal. La Administración de Parques Nacionales (APN) presentó un informe ante el Juzgado Federal de Sáenz Peña que cuantifica el daño ambiental en $2.673.280.260.
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De esta manera, la cifra, inédita en este tipo de causas, tiene el objetivo de exponer y dimensionar el valor de una especie declarada Monumento Natural Nacional y en peligro crítico de extinción. En Argentina, se estima que sobreviven apenas 200 ejemplares.
Cómo se calcula el daño ambiental
La Dirección Nacional de Conservación de la APN aplicó una metodología que considera:
- El nivel de protección legal de la especie.
- Su fragilidad ecológica.
- La posibilidad de recuperación biológica.
- El costo de los programas de reintroducción y monitoreo.
Este enfoque no solo busca sancionar al infractor, sino también visibilizar el costo económico de perder un individuo clave en la restauración de ecosistemas. Acaí había sido liberada en octubre como parte de un programa de conservación que involucra monitoreo satelital, trabajo comunitario y conectividad biológica entre regiones.
En su comunicado oficial, la APN lamentó la pérdida de Acaí, a quien definió como una “nueva esperanza” en el proceso de recuperación del yaguareté. “Su desaparición nos duele profundamente, pero también nos obliga a reafirmar el camino que venimos recorriendo”, señalaron.
El valor económico de la muerte de Acaí consiste en una advertencia sobre el vínculo entre biodiversidad y economía ya que representa la destrucción de activos naturales que pueden profundizar la pérdida de servicios ecosistémicos, turismo sustentable y resiliencia climática. Ante esto, la APN reafirmó su compromiso con la conservación y destacó que, aunque la pérdida de Acaí es dolorosa, “no invalida el enorme aprendizaje y la dedicación que hay detrás de cada ejemplar liberado”.
