Cada 4 de junio se celebra el Día del Cuarteto en Argentina. Se trata de un género musical que nació en Córdoba y se convirtió en una pasión e ícono nacional. Por qué se celebra este día y qué actividades se pueden hacer para adentrarse en su historia y festejarlo.
Día del Cuarteto: cuándo se creó y cuál es su origen
El 4 de junio de 1943 LV3 de Córdoba transmitió por primera vez la canción “Del brazo con la suerte”, interpretada por “El cuarteto característico Leo”, con Leonor Manzano en el piano, marcando con su mano izquierda el primer tiempo de los cuatro compases de este ritmo. La fecha quedó grabada en la memoria de los cordobeses y de todos los que, al ritmo del “tunga - tunga”, no pueden dejar de mover los pies. Han pasado más de 80 años desde entonces y el cuarteto alcanzó los bailes de todo el país. A fines de los ‘80 y principios de los ‘90, el cuarteto hizo su entrada triunfal en Buenos Aires. Fue la consagración final. El desembarco llegó de la mano de Carlos “La Mona” Jimenez primero y de Rodrigo Bueno, “El Potro”, después.
En 2013, la Legislatura cordobesa declaró mediante ley provincial al 4 de junio como el “Día del Cuarteto”. La norma reconoce al cuarteto como parte integrante del patrimonio cultural provincial y como un género folklórico musical propio, característico y tradicional de la provincia en todas sus manifestaciones: música, letras y danzas.
Los mejores lugares para recorrer y conocer la historia del cuarteto
1. Museo del Cuarteto
Ubicado en la esquina de Av. Colón y Rivera Indarte, en pleno centro de la ciudad, el Museo del Cuarteto es el punto de partida ideal para conocer la evolución de este género musical. Los visitantes pueden encontrar fotografías, objetos, coloridos atuendos y colecciones únicas que narran la historia del cuarteto desde sus inicios hasta la actualidad. Lo mejor es que la entrada es libre y gratuita.
El recorrido está planteado de manera cronológica alrededor de vitrinas e imágenes que funcionan como núcleos, según la época. Comienza en el periodo de la inmigración, donde se fusionaron ritmos africanos con la tarantela y el pasodoble, y llega hasta la conformación de los grupos musicales actuales y a los solistas que aún hoy presentan sus bailes. Además, hay un novedoso espacio sonoro con un gran equipamiento técnico denominado "el Rincón del baile”, donde se recrea una escena de un baile de los años 50, decorado y pensado para que el público que visite el lugar pueda tomar sus fotografías.
Otro sector del primer piso está dedicado a la influencia del cuarteto en la industria musical, pueden observarse las tapas de los discos y su evolución en el diseño de las piezas a a través del paso del tiempo. El segundo piso está enteramente dedicado a la relación entre el cuarteto y la moda: cuenta con maniquíes que visten trajes y ropas originales que fueron donados por los propios e históricos artistas o sus familiares. También se exhiben en las vitrinas instrumentos musicales como el piano de Coquito Ramaló, fundador del Cuarteto de Oro, utilizados en numerosos shows. La sala se completa con premiaciones a grandes discos de cuarteto que tienen un lugar especial en un sector de reconocimientos a la música.
2. Paseo de la Fama del Cuarteto
A solo una cuadra del museo, sobre la peatonal San Martín al 200, se encuentra el Paseo de la Fama del Cuarteto que le rinde homenaje a las figuras más destacadas del género, con placas que celebran a artistas como Leonor Marzano, Carlitos “Pueblo” Rolán, Gary, Carlos “La Mona” Jiménez, Damián Córdoba y Rodrigo “El Potro” Bueno, entre otros. Este espacio público permite a los transeúntes conocer y recordar a los grandes exponentes del género mientras disfrutan de la actividad comercial del centro de la ciudad.
3. Bon Q' Bon: el bar del cuartetazo
En la esquina de Maipú y Olmos, se encuentra el Bon Q' Bon, un ícono del cuarteto. Con más de 50 años de historia, este lugar fue testigo de innumerables encuentros entre músicos, productores y fanáticos del género. Abierto las 24 horas, los 365 días del año, es el sitio perfecto para hacer una pausa y empaparse de la mística cuartetera. El lugar quedó inmortalizado “Bon que Bon”, compuesta por Aldo Kustin e interpretada por “La Mona” Jiménez, y se ha convertido en un punto de encuentro obligado para los amantes del cuarteto.
4. La Mona Jiménez Museo Bar: un tributo al ídolo del cuarteto
Otro punto clave para visitar es el Museo Bar dedicado a Carlos "La Mona" Jiménez. Ubicado en el barrio Cerro de las Rosas, sobre la avenida Rafael Núñez 4791, este espacio combina una muestra interactiva con objetos personales del artista y una propuesta gastronómica que celebra la cultura popular cordobesa. Además, ofrece shows en vivo y una ambientación que invita a sumergirse en el universo de "La Mona".
Con la reserva al restobar, está incluido el recorrido por las exposiciones del museo, que exhibe trajes, discos, premios y objetos personales del artista, ofreciendo una experiencia única para los fanáticos del cuarteto.