El próximo fin de semana largo es el momento ideal de escapar de la ciudad y sumergirse en un entorno natural para tener una aventura inolvidable. Aunque la provincia de Buenos Aires no se caracteriza por grandes ríos o lagunas, guarda rincones con cascadas que sorprenden por su belleza y tranquilidad. Ideales para pasar el día al aire libre, hacer senderismo, pesca o simplemente disfrutar del paisaje, estas caídas de agua ofrecen una experiencia distinta a pocos kilómetros de los centros urbanos más visitados.
Cuáles son las tres cascadas poco conocidas cerca de Buenos Aires
1. Cascada del Río Salado, Roque Pérez
Ubicada a unos 130 km de la Ciudad de Buenos Aires y 150 km de La Plata, esta cascada es un tesoro escondido del partido de Roque Pérez. Su acceso implica una caminata de 200 metros desde el río, en un entorno ideal para los amantes del senderismo. Desde la ciudad de Roque Pérez, el recorrido parte del Parque Municipal Laguna de Ratto, siguiendo la calle San Martín (luego Puente de Madera) y tomando un camino de tierra paralelo en su tramo final.
2. Cascada Cifuentes, Coronel Dorrego
Considerada el salto de agua más alto de la provincia, con 8 metros de altura, se encuentra en el curso inferior del Río Quequén Salado, entre Coronel Dorrego y Tres Arroyos. Está rodeada de un paisaje rocoso y boscoso que invita a practicar trekking, kayak o natación. Se puede acceder desde la Ruta Nacional N° 3 (km 532) por un camino rural de 4 km, o a través del Parque Natural Municipal “Cascada del Vivero”. Además, su playa natural ofrece una vista privilegiada y la posibilidad de observar aves autóctonas.
3. Cascada La Escondida, Irene
También formada por el Río Quequén Salado, se encuentra en medio de la llanura de la localidad de Irene, en Coronel Dorrego. Su caída escalonada de 4 metros está rodeada de campos y fauna silvestre. El acceso más cercano es desde Bahía Blanca (90 km) o Tres Arroyos (44 km), por la Ruta Nacional N° 3. Quienes conocen el lugar recomiendan llegar en camioneta si se ingresa por la isla Quequén, debido a la dificultad para cruzar el arroyo.