Marcos Pertossi contó públicamente cómo se enteró del brutal crimen por el que fue condenado su hijo, Lucas Pertossi, uno de los ocho rugbiers acusados por el asesinato de Fernando Báez Sosa. “Eran las 10.30 de la mañana y recibo ese maldito llamado, el que nunca querés esperar. Un conocido me dijo: ‘Marcos, poné Crónica, Lucas mató a un pibe’”, recordó.
En una entrevista con El Trece, el hombre aseguró que, desde aquel día, su hijo “piensa en esto todos los días” y que “no está bien condenado”. “Tengo la certeza de que es inocente. No hizo nada de nada, él no pegó, tiene el espíritu tranquilo”, insistió su papá. Según su versión, Lucas se habría acercado para separar una pelea y no participó del ataque que terminó con la vida de Fernando, en enero de 2020.
Lucas Pertossi fue condenado a 15 años de prisión como partícipe secundario, junto a Blas Cinalli y Ayrton Viollaz. Mientras que los otros cinco rugbiers - Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Ciro y Luciano Pertossi (primos de Lucas)- recibieron la pena de prisión perpetua por el delito de "homicidio agravado por la premeditación".
MÁS INFO
“Tengo un dolor en el pecho y necesito sacarlo”
Durante la entrevista, Pertossi expresó su deseo de poder hablar con Graciela y Silvino, los padres de la víctima. “No hablamos con ellos en ningún momento. El intento lo hicimos con mi mujer, les escribimos por Instagram”, contó.
Con la voz quebrada, agregó: “Tengo un dolor en el pecho y necesito sacarlo. Quiero soltarlo, quiero darles el pésame, quiero abrazarlos. Me muero por eso. Todas las noches lo pienso, quiero hablar con ellos. Entiendo lo que les pasó, Lucas también”.
Pertossi también cuestionó el desempeño de la defensa durante el proceso judicial y afirmó que su hijo “no estuvo bien asistido”.
Caso Fernando Báez Sosa: en qué cárcel están hoy los rugbiers
Los ocho rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa se encuentran detenidos, desde 2023, en el penal de máxima seguridad de Melchor Romero, ubicado en la ciudad de La Plata.
Durante los primeros meses de encierro, los condenados denunciaron amenazas y malos tratos. En enero de 2025, fuentes del Servicio Penitenciario Bonaerense informaron que los rugbiers permanecen separados de a dos, con convivencia normal y sin incidentes recientes.
Los jóvenes comparten espacios comunes con otros presos durante cuatro horas diarias y participan en talleres de lectura y alfabetización jurídica.
