No hace falta un gran jardín ni invertir en costosas reformas para tener un espacio de relax en casa. Los jacuzzis inflables, también conocidos como spas portátiles, se posicionan como la alternativa ideal para quienes buscan confort sin renunciar a la practicidad ni al presupuesto.
Estos spas se diferencian de las tradicionales piletas desmontables de lona (también conocidas popularmente como Pelopincho) porque cuentan con calefacción y mantienen la temperatura del agua, lo que permite disfrutarlos incluso en días frescos. Además, sus burbujas ayudan a relajar el cuerpo y a bajar los niveles de estrés que trae el ritmo cotidiano.
Además, su portabilidad permite trasladarlos fácilmente en caso de mudanza o cambios en el espacio. Su mantenimiento es sencillo, con productos específicos para el cuidado del agua que garantizan higiene y prolongan la vida útil del equipo, asegurando una experiencia siempre placentera.
La instalación es sencilla y no requiere obras: la mayoría de los modelos incluye bomba de inflado, sistema de filtrado y unidad de control integrada. Basta con inflar la estructura, llenarla con agua y programar la temperatura deseada. Aunque una persona puede armarlo sola, tener ayuda facilita el proceso, ya que los controles pueden ser pesados.
Jacuzzis inflables: una tendencia en crecimiento
Los precios varían según el tamaño y las funciones, pero en general son accesibles para la mayoría de los presupuestos. Además, muchas tiendas ofrecen promociones y facilidades de pago, lo que hace aún más sencilla su adquisición y uso en el hogar.
Para instalar un jacuzzi inflable, un patio de alrededor de 40 metros cuadrados es ideal, aunque también existen opciones diseñadas para balcones amplios o terrazas. Lo más importante es contar con una superficie nivelada y resistente para sostener el equipo.
Si bien la variedad de marcas no es muy amplia, existen diferencias clave a la hora de elegir el modelo adecuado. Se deben considerar aspectos como el diseño y la calidad de los materiales, la facilidad de montaje, las opciones de control y personalización, la potencia y distribución de los jets de masaje, así como los accesorios incluidos, como cubiertas térmicas o filtros de repuesto.
Un punto fundamental es el consumo energético, ya que mantener el agua caliente y el sistema de filtración activo puede impactar en la factura eléctrica. En pruebas con jacuzzis para cuatro personas, los más demandados, se registró un aumento de hasta 180 kWh en pocos días cuando la calefacción y la filtración funcionan de forma continua.
Para optimizar el consumo, se recomienda usar temporizadores y mantener la temperatura adecuada, evitando pérdidas de calor. Así, es posible disfrutar de un spa confortable sin que el gasto energético se vuelva excesivo.
Con estas opciones accesibles y sin necesidad de reformas, cada vez más personas optan por convertir su patio en un verdadero refugio de bienestar, disfrutando de un spa en casa durante todo el año.
