La empresa Worldcoin, fundada por el CEO de OpenAI, Sam Altman, inició en Argentina una nueva fase de implementación de su sistema World ID que permitirá escanear el iris ocular a domicilio tras un acuerdo con la plataforma Rappi. Es decir: un repartidor llevará el orb (máquina para escanear) a domicilio, como lleva una docena de empanadas, para que el usuario escanee su ojo y ceda sus datos biométricos. "World no recopila, almacena ni vende ningún dato personal, incluidos los datos del iris, y los titulares de World ID verificados son anónimos", justifica la compañía sobre este nuevo sistema, en el que aseguran que "no se comparten datos personales" ni implica una integración entre Rappi y World.
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Según informa la compañía, el escaneo busca ofrecer una “prueba anónima de humanidad”, pero la combinación entre una avanzada tecnología de identificación y el uso de mano de obra precarizada despertó críticas y generó preocupación entre los sectores laborales del rubro. Este medio se comunicó también con Rappi, que no quiso hacer comentarios al respecto y aseguró que emitirá un comunicado próximamente.
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El lanzamiento de la novedad se dio ayer, en el lujoso restaurante Enero de la costanera porteña, donde ambas empresas comunicaron cómo será el servicio. El comunicado oficial del lanzamiento asegura: “Esta nueva alianza elimina esa barrera, permitiendo que las personas completen su verificación desde donde estén y con la misma facilidad con la que piden comida a través de Rappi”.
Según indica el documento, el servicio se lanzará inicialmente en los barrios de Belgrano y Palermo, pero ambas empresas aclaran que hay “planes de expandirse por toda la Argentina en los próximos meses”. Por el lado puntual de la plataforma de entregas, aseguraron: “Para Rappi, ser socio estratégico de World en esta etapa es tanto una gran responsabilidad como una oportunidad increíble. Estamos poniendo nuestra tecnología, capilaridad y experiencia operativa al servicio”.
Para recibir el orb explicaron que se debe “escribir la palabra ‘World’ en la barra de búsqueda de Rappi —sí, la misma que se usa para buscar una comida o restaurante favorito— y la app muestra inmediatamente la imagen de un Orb”, para luego “elegir la fecha y hora para que un repartidor de Rappi visite el lugar y verifique el World ID de la persona que lo ha solicitado”.
Quién está detrás del escaneo de iris
Sam Altman, CEO de OpenAI y cofundador de Worldcoin, es una figura influyente en el ámbito de la inteligencia artificial. Su nombre se hizo más conocido en el país cuando se reunió en Estados Unidos con el presidente argentino, Javier Milei, en el 2024. El mandatario había subido una foto en su cuenta de X con el empresario en la que expresó: “Aquí foto con Sam Altman luego de una maravillosa reunión sobre la AI y las enormes posibilidades que brinda una Argentina libertaria...!!!”.
Este antecedente dejó una pregunta concreta; si las posibilidades de las que habla Milei para realizarse en el país son justamente las presentadas hoy: llevar el servicio de orbe puerta a puerta a por intermedio de trabajadores precarizados que, agrupados en el Sindicato de Base de Trabajadores de Reparto por Aplicación (SiTraRepA), casualmente ayer horas antes del lanzamiento se movilizaron a la Secretaría de Trabajo para demandar “que Rappi, PedidosYa, Cabify y Rapiboy brinden cobertura, art, seguro contra todo riesgo y los plenos derechos laborales contemplados en la Ley de Contrato de Trabajo”.
En diálogo con El Destape, la secretaria general del Sindicato de Base de Trabajadores de Reparto por Aplicación (SiTraRepA), Belén d'Ambrosio, opinó sobre esta nueva función de los repartidores: "nos llegó off the record, porque las plataformas para las cuales trabajamos no hicieron un aviso formal a quienes desarrollamos las tareas para ellos como repartidores".
"Lo están haciendo de manera completamente arbitraria, prácticamente en la clandestinidad porque a los trabajadores, aunque ellos quieran denominarnos autónomos y demás, nosotros damos una relación laboral encubierta, un fraude laboral, y no nos han informado", destacó la secretaria y aseguró que lo que ven es que las empresas "avanzan en sus negociados, en entramados de empresas mamushkas".
Al respecto de la nueva tarea que podrían cumplir los trabajadores, D'Ambrosio aseguró que "se trata de empresas que recaban datos, información de usuarios, de clientes, y ponen a los repartidores, en el caso potencial de que se haría, a recabar datos para una empresa sin saber cuáles van a ser los fines de esa utilización", y remarcó: “Vemos tres problemáticas; estamos en contra, como sindicato, de estas empresas que recaban datos, quieren exponer a los repartidores para hacerlo y no informan cuál va a ser la utilidad”.
La secretaria señaló que el sindicato fue a un congreso internacional de trabajadores por plataformas en California, en abril del 2023, donde se debatió sobre la utilización de nuestros los datos parte de las plataformas, pero advirtió que “acá se hablando de un salto en calidad, porque si los repartidores llegan a estar expuestos a recabar esa información, se estaría trabajando en la precariedad, se sigue con esta condición, y encima garantizando este negocio multimillonario a empresas que ya básicamente no se sabe identificarlas”.
“Denunciamos que hay un negocio multimillonario de un grupo de sectores capitalistas, de empresarios, que quieren enriquecerse y recabar datos e información a costa de la calidad y las condiciones de vida de los repartidores”, remarcó.
La secretaria de SiTraRepA concluyó: “Este Gobierno lo que viene a hacer es cuando habla de libertad, es de la libertad empresarial, de super explotar a los trabajadores sin ningún tipo de criterio. Estamos hablando de empresas multinacionales como Rappi, que operan prácticamente sin declarar nada de lo que generan en el país y lo mismo podemos decir de otras empresas. Estamos hablando de un montón de millones y millones de dólares que están moviendo sin declararlo ni al Estado ni a nadie, y solo enriquecen sus bolsillos”.
Los riesgos del escaneo de ojos
A mediados del 2024, el Consejo Argentino de Oftalmología (CAO) había expresado su profunda preocupación por el escaneo del iris que realiza la empresa a cambio de criptomonedas. Esta práctica, que se popularizó en Argentina durante todo ese año, implica la captura de los patrones únicos del ojo humano mediante luz infrarroja para identificar a las personas, similar a una huella digital. El CAO advierte sobre los posibles riesgos de seguridad y la falta de regulación que proteja los datos biométricos de los ciudadanos.
"La verificación se realiza mediante un Orb, una cámara avanzada que toma una foto de los ojos para generar un código numérico único. Esta información no se almacena: ni la imagen ni ningún dato biométrico o personal queda guardado. El resultado es una verificación 100% privada y anónima", aseguró la empresa Worldcoin en diálogo con El Destape.
La principal inquietud del CAO radica en que estas prácticas son realizadas por entidades de dudosa procedencia y sin respaldo académico, que además carecen de un propósito médico legítimo y estudios científicos aprobados. Se teme que los datos biométricos sean recopilados sin la debida protección conforme a la legislación de protección de datos. Ante esta situación, el Consejo recomendó a la Secretaría de Salud de la Nación investigar la legislación vigente y garantizar la protección de los ciudadanos.
La empresa aseguran que "cumple totalmente con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de Europa y está diseñado para cumplir con todas las leyes y regulaciones en la materia que rigen en los países donde está disponible" y afirman que consideran que también están en regla con las reglas locales. "Esto incluye, entre otros, la Ley de Protección de Datos Personales de Argentina 25.326 (Ley de Protección de los Datos Personales). Además, la Fundación World otorga una alta prioridad a la interacción con individuos y organizaciones para abordar cualquier pregunta que puedan tener y garantizar la transparencia en nuestras operaciones", puntualizaron.
En aquella oportunidad, el gerente regional de Latinoamérica de Tools for Humanity (la empresa detrás de WorldCoin), Martín Mazza, había asegurado que los datos nunca se monetizarían, pero la preocupación se intensifica debido a que, a diferencia de las contraseñas que pueden cambiarse, los rasgos oculares son inalterables. Expertos advierten que si los sistemas que almacenan esta información codificada son vulnerables, los ciberdelincuentes podrían acceder a los datos y suplantar la identidad de las personas si logran vincularlos con su identidad real.
"La posibilidad de que un sistema sea hackeado no se puede descartar por completo, como ocurre con cualquier sistema digital. En este caso, se diseñaron muchas capas de protección y con la transparencia necesaria, que permiten el monitoreo constante y la actualización contínua", admitieron en este sentido desde la empresa y aclararon que "El Orb verifica que la persona es un humano único y que no se ha registrado antes. Una vez que se genera el código, el protocolo puede comprobar que no se ha creado previamente un World ID verificado. Como solo es un número largo (una cadena), no dice nada sobre la persona, solo que es un humano único".
La noticia del acuerdo entre ambas empresas generó desde el inicio controversias, dudas y críticas, y es una muestra de cómo las multinacionales buscan aplicar la tecnología de forma tan naturalizada como pedir una docena de empanadas. Quizás en un marco de crisis económica, precarización laboral, con baja en el consumo y menos regulaciones, la respuesta ante la duda sobre quién es el que se beneficia con esta nueva modalidad, entre las empresas y la sociedad, la respuesta es muy clara.