Rosario: un narco estuvo prófugo dos años y lo detuvieron luego de que su pareja pidiera pastillas anticonceptivas

Waldo Bilbao fue arrestado en un departamento a metros del Monumento a la Bandera. Los investigadores llevaron adelante un operativo que duró ocho meses de vigilancia. Su hermano, quien es el líder de la banda criminal, sigue prófugo. 

14 de septiembre, 2025 | 14.02

Luego de permanecer dos años prófugo por una causa relacionada con narcotráfico, Waldo Alexis Bilbao (45), presunto cabecilla de una organización criminal liderada por su hermano, fue detenido el pasado viernes en un departamento ubicado a metros del Monumento Nacional a la Bandera en Rosario

La captura de uno de los delincuentes más buscados de la provincia de Santa Fe se dio de manera insólita: la pareja de Bilbao pidió por teléfono pastillas anticonceptivas y la señal del celular profundizó las sospechas de los investigadores. Semanas después, agentes de la Central de Inteligencia y Operaciones Especiales y la Tropa de Operaciones Especiales irrumpieron en la propiedad y aprehendieron al delincuente, quien se encontraba en un habitáculo, estaba preparado como escondite en el baño en caso de un allanamiento.

Esta investigación llevó ocho meses de vigilancia encubierta. Según reveló Infobae, el operativo se montó desde enero de este año en inmediaciones del complejo de Colón al 1200, que consta de dos edificios de 20 pisos, en el que hay 14 departamentos por piso. La propiedad donde fue detenido Bilbao está situada en el piso 18, cuyo frente da al río Paraná. El lugar estaba vinculado a Guadalupe Torres Servín (33), pareja del criminal y acusada de ser testaferro de la banda.

Los agentes rastrearon los movimientos de la mujer. Pese a tener prisión domiciliaria, salía para hacer las compras en un supermercado ubicado a la vuelta del edificio, o para llevar a sus tres hijos al colegio. Sin embargo, los investigadores jamás la vieron acompañada por Waldo, por quien el gobierno de Maximiliano Pullaro llegó a ofrecer 50 millones de pesos por datos que conduzcan a su captura.

El líder narco fue trasladado a la cárcel de Piñero, donde aguardará la formalización de la acusación penal federal que tendrá lugar, en principio, el próximo lunes en los Tribunales federales de Rosario. El monto ofrecido del Ejecutivo provincial como recompensa sigue vigente para atrapar a su hermano Brian Walter “Negro” Bilbao, que permanece prófugo desde el operativo de Gendarmería “Cosecha blanca” de octubre de 2023.

Cómo fue el arresto de uno de los narcos más buscados en Santa Fe

Para llegar al arresto de Waldo Bilbao, los investigadores realizaron una vigilancia desde un auto estacionado en la vía pública, por Colón o por Pasaje Cajaraville, desde donde usaban equipamiento tecnológico con un poderoso zoom que permitía llegar a tener una visual nítida de los movimientos del balcón de la propiedad de la mujer y de una de las ventanas que daban al interior. 

El seguimiento de los agentes provinciales –por orden del Juzgado Federal N° 3 de Rosario y la Procunar– también tuvo intervenciones a líneas telefónicas, entre ellas, a la de Torres Servín. En una comunicación realizada semanas atrás, pidió pastillas anticonceptivas. Eso generó curiosidad, ya que durante todas las medidas investigativas no se la había visto acompañada de un hombre, dentro ni fuera del departamento. Allí comenzó a cobrar fuerza la idea de que Waldo estaba con ella.

La sospecha cobró relevancia el pasado jueves, cuando en la vigilancia realizada a través del zoom de una cámara se vio una silueta de un hombre en el ventanal del balcón. Al día siguiente, la Central de Inteligencia y Operaciones Especiales y un grupo de irrupción de la Tropa de Operaciones Especiales ingresaron al departamento de la mujer, que convive con sus tres hijos de 13, 9 y 8 años respectivamente.

Cuando los policías fueron al baño, escucharon un ruido de una puerta lateral metálica que, al abrirla, tenía a Bilbao del otro lado. Como el prófugo es hipertenso, rápidamente le subió la presión, por lo que su pareja sacó un tensiómetro para detectar su estado, que era malo al momento de la aprehensión. Luego, los agentes recorrieron el domicilio, al que consideraron “un gallinero” por el desorden y la suciedad.

Guadalupe dijo desconocer la ubicación del celular. No obstante, segundos después el teléfono sonó y los policías lo incautaron: lo había escondido en la caja del tensiómetro usado para tomar la presión de su pareja. Mientras que el celular de Bilbao estaba situado debajo del lavarropas que estaba en el baño, donde también estaba el escondite en caso de ser allanado, el que usó todo este tiempo cada vez que Gendarmería fue al domicilio a verificar si allí estaba la mujer.