Un enfermero fue condenado a siete años de prisión por haber inyectado leche en el suero a un bebé de seis meses en el Hospital Materno Infantil Dr. Héctor Quintana. El Tribunal en lo Criminal Nº 1 de Jujuy halló culpable a Fabián Alfredo Solano por este y otro hecho ocurridos en 2022 y 2025.
La pena fue por los delitos de lesiones graves con dolo eventual e incumplimiento de los deberes de funcionario público, en concurso real. Además, tendrá 10 años de inhabilitación. En abril pasado, la madre del bebé aseguró que "le parecía inexplicable" lo que había hecho el enfermero.
El debate estuvo encabezado por las juezas María Margarita Nallar —presidenta del trámite—, María del Rosario Hinojo y Mónica Cruz Martínez. La acusación fue sostenida por el fiscal Diego Funes, mientras que la querella estuvo representada por el abogado Carlos Espada. Mientras que la defensa del acusado fue ejercida por Pablo Rodrigo Cuellar.
La sentencia fue leída en presencia de las partes que aceptaron la decisión del Tribunal, según informaron los medios locales. La defensa podrá apelar el fallo en una instancia superior, aunque desde la Fiscalía anticiparon su satisfacción por la resolución del Tribunal.
¿Cómo fueron los hechos?
De acuerdo a la investigación, el primer hecho sucedió el 30 de septiembre de 2022, en el quirófano del Servicio de Cirugía del Hospital Materno Infantil. En su rol de enfermero, Solano habría anestesiado a un niño de 8 años que debía ser intervenido por abdomen agudo, sin la presencia del médico anestesiólogo de guardia. Esta maniobra fue considerada una violación de los protocolos médicos y un accionar temerario dentro del ámbito hospitalario.
Mientras que el segundo episodio data del 23 de abril de 2025, entre las 8 y las 8.30 de la mañana, en la Sala Verde del hospital, según la requisitoria fiscal. En ese momento, Solano atendió al bebé de seis meses que se recuperaba de una operación quirúrgica y le inyectó leche líquida por vía endovenosa, lo que le provocó un derrame precárdico leve a moderado con riesgo de vida. El personal médico intervino rápidamente y trasladaron de urgencia al menor a la Sala de Terapia Intensiva, donde logró estabilizarse.
En diálogo con El Tribuno, Alejandra Argota, madre del bebé, había relatado en abril pasado que cuando se dio cuenta de que "estaba entrando la leche, vi que ya habían pasado los 60 mililitros. Empecé a gritar y rápidamente había un montón de enfermeros y médicos atendiendo" al menor. Desde el mismo hospital le habían admitido a la mujer que al entrarle leche al corriente sanguíneo, el bebé "podría haber entrado en paro cardíaco".
"La leche pasó por su cerebrito, el corazón, los riñones, los pulmones, por todo el cuerpito. Es inexplicable un error de este tipo en gente que se supone es profesional", lamentró Argota.