Cómo cuidar el intestino, el "segundo cerebro" del cuerpo humano según la OMS

De acuerdo a los especialistas, se trata de un órgano que influye directamente en el bienestar del metabolismo, el sistema inmunológico y el estado de ánimo.

27 de agosto, 2025 | 19.38

El estado del intestino impacta directamente en la salud física, emocional y cognitiva de las personas. Por eso, es clave adoptar hábitos saludables que garanticen su correcto funcionamiento. ¿Cómo cuidarlo? 

El intestino es el "segundo cerebro" del cuerpo humano

La ciencia considera que la microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que forman parte del intestino, tiene un papel protagónico en la digestión, el metabolismo, el sistema inmunológico y el estado de ánimo de las personas.

Incluso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica al eje microbiota-intestino-cerebro como un área emergente en la prevención de trastornos mentales y enfermedades crónicas. Por eso, se lo considera el segundo cerebro del cuerpo humano y cuidarlo es clave.

Al respecto la Lic. en Nutrición Patricia Mariela Chávez, de DIM Centros de Salud, señala que todavía “no existe un consenso definitivo sobre qué define una microbiota intestinal sana”. Sin embargo, asegura que los especialistas cada vez logran entender más sus señales. “Lo que sí es claro es que una alimentación variada, rica en alimentos frescos y de origen vegetal, puede ser uno de los actos más importantes para nutrir no solo el cuerpo, sino también a los microorganismos que lo cuidan desde su interior”, agrega la especialista.

La clave para cuidar el intestino está en una dieta equilibrada: los rápidos resultados

La nutricionista remarca que lo que comemos no solo influye en nuestra energía, sino también en el universo que habita en nuestro intestino. “Una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos favorece la diversidad bacteriana. Una alimentación estilo mediterráneo como una basada en plantas mínimamente procesadas, son aliadas para el equilibrio de la microbiota", apunta. 

La especialista señala que, en cambio, una alimentación basada en ultraprocesados, azúcares simples y bajo consumo de fibra tiene efectos negativos sobre la microbiota. "Estos patrones favorecen el crecimiento de especies bacterianas menos beneficiosas, y se asocian con un mayor riesgo de inflamación intestinal”, advierte.

La buena noticia es que la microbiota responde rápido a los cambios. “Existen estudios que muestran variaciones significativas en tan solo dos semanas al adoptar nuevos patrones alimentarios. Esta flexibilidad da una enorme capacidad de intervención para mejorar la salud digestiva, metabólica e incluso inmunológica”, destaca Chávez.

"Cuidar la microbiota es una forma integral de cuidar la salud presente y futura. Pequeños cambios sostenidos en el tiempo pueden marcar una gran diferencia, ya que lo que se incorpora a diario al plato también nutre y moldea el delicado ecosistema que habita en el cuerpo", concluyen desde DIM Centros de Salud.