El fentanilo es hoy una de las drogas más mencionadas a nivel mundial, tanto por su uso médico controlado como por la crisis de sobredosis que atraviesa Estados Unidos. En ese país, la sustancia, un potente opioide sintético que multiplica por 100 la potencia de la morfina y por 50 la de la heroína, se ha convertido en la principal causa de muerte entre adultos de 18 a 45 años. Su uso fuera de entornos hospitalarios, muchas veces sin que el consumidor sepa qué lo está ingiriendo, ha encendido todas las alarmas. Y en la Argentina, un reciente episodio de fentanilo contaminado volvió a poner el tema en el centro de la discusión.
La preocupación local creció cuando se conocieron casos fatales vinculados a lotes de fentanilo con bacterias resistentes utilizados en diversos hospitales. Aunque la realidad argentina dista mucho de la estadounidense, el hecho evidenció que incluso en contextos médicos la manipulación de este analgésico requiere controles extremos. Mientras en Estados Unidos se enfrenta un mercado ilegal masivo, en la Argentina no existe tal mercado pero sí se comprobó que los fallos en la trazabilidad y la contaminación pueden tener consecuencias graves.
Cómo es el consumo del fentanilo en el mercado argentino
En Argentina, el fentanilo no se consume de manera recreativa y el opioide no circula en el mercado ilegal como sí ocurre en Estados Unidos. Su uso está limitado al ámbito hospitalario, donde se emplea principalmente como anestésico o para tratar dolores severos, sobre todo en pacientes con cáncer. El reciente caso de fentanilo contaminado, que dejó hasta ahora 96 muertes confirmadas, se originó en un lote distribuido a instituciones médicas y no en redes de narcotráfico.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) intervino de inmediato, secuestrando y retirando del circuito más de 115 mil ampollas para evitar nuevas aplicaciones.
Cuáles son los riesgos de consumir fentanilo
El fentanilo es una sustancia extremadamente potente: una dosis mínima fuera de los parámetros médicos puede provocar depresión respiratoria, coma o muerte. En entornos controlados, se administra en formas como ampollas inyectables, pastillas con aplicador o tabletas sublinguales, siempre bajo supervisión profesional. Sin embargo, cuando se usa sin control, el margen entre una dosis terapéutica y una letal es extremadamente pequeño.
En Estados Unidos, el riesgo se multiplica porque el fentanilo suele mezclarse ilegalmente con otras drogas, como cocaína o heroína, sin que el consumidor lo sepa. Esto dispara las sobredosis, que matan a unas 200 personas por día, según datos oficiales. Allí, los cárteles han perfeccionado su producción, utilizando precursores químicos provenientes de China y redes de distribución que operan tanto en mercados físicos como digitales.