La empresa Trenes Argentinos puso en marcha un esquema de horarios renovado para la línea Sarmiento. La medida, adoptada después del reciente descarrilamiento ocurrido cerca de la estación Liniers, supone una disminución del 30% en la cantidad de servicios durante los días hábiles y la suspensión total de los trenes rápidos.
Desde este lunes 18, Trenes Argentinos Operaciones (SOFSA) aplicará un nuevo diagrama en el ramal Once–Moreno que reduce las frecuencias a niveles similares a los de los sábados. También se eliminaron todos los servicios rápidos en ambas direcciones. Solo se mantienen cuatro servicios cortos durante la madrugada: tres entre Castelar y Moreno y uno entre Castelar y Once.
La decisión fue comunicada de manera repentina y sin explicaciones detalladas sobre las causas ni sobre el tiempo que regirá este esquema. Tampoco hubo un anuncio oficial completo. En los últimos días, la empresa únicamente mencionó que se trata de un “cronograma especial por trabajos de mantenimiento” relacionados con el “descalce” registrado en Liniers.
El episodio al que se alude ocurrió hace pocos días, cuando una formación descarriló de forma aparatosa en las cercanías de la estación Liniers. Aunque el hecho aún se investiga, la información disponible permitiría descartar fallas en la infraestructura -el aparato de vía había sido renovado recientemente- o en el material rodante, más allá de los daños que dejó el accidente.
La línea Sarmiento no es la única afectada por recortes: en la línea Roca también se implementó un nuevo esquema que suprime servicios y redujo los nocturnos.
Tren Sarmiento: situación crítica
El servicio, fundamental para la movilidad del oeste de la Ciudad y del conurbano bonaerense, no logró recuperar la normalidad desde el descarrilamiento. Las demoras y cancelaciones se volvieron parte de la rutina diaria. Además de dejar menos trenes disponibles, el accidente volvió a evidenciar problemas que la operación local arrastra desde hace meses.
Varias de las obras previstas en el marco de la “emergencia ferroviaria” están paralizadas o avanzan con fuertes demoras debido a los recortes presupuestarios en el sector. Licitaciones clave, como la renovación del sistema de señales entre Flores y Villa Luro o el reemplazo del cableado eléctrico, siguen sin adjudicarse desde hace meses, pese a que son intervenciones urgentes para resolver fallas operativas que se arrastran desde el año pasado.
Las únicas obras que muestran algún progreso son las vinculadas a los ramales diésel (renovación de vías, señales e instalación de ATS) y a la modernización de estaciones como Morón y Ramos Mejía. A contramano, proyectos como la construcción de nuevos andenes en Liniers y Ciudadela fueron cancelados por considerarse no prioritarios, a pesar de la continuidad de nuevas estaciones de dudosa utilidad en otras líneas.
