A 10 años del primer grito colectivo de Ni Una Menos, El Destape lanza una nueva campaña con un video que pone el foco donde casi nunca está: en los femicidas. La pieza propone una pregunta incómoda: ¿conocés sus caras? Un dato clave que muchos no se esperaban, y que invita a reflexionar sobre el enfoque mediático de la violencia de género.
La campaña de Ni Una Menos: ¿por qué ahora miramos a los femicidas?
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Desde su irrupción en 2015, Ni Una Menos visibilizó con fuerza los femicidios y la violencia de género. Sin embargo, en esta nueva etapa, la campaña da un giro: en lugar de centrarse únicamente en las víctimas, pone la lupa sobre los asesinos. ¿Quiénes son? ¿Cómo actuaron? ¿Por qué sus nombres y rostros no tienen la misma difusión?
- Joel Fernández, femicida de Melina Romero.
- Manuel Mansilla, asesino de Chiara Páez, cuyo crimen fue el detonante del primer Ni Una Menos.
- Jorge Mangeri, condenado por el femicidio de Ángeles Rawson.
- Jonathan Luna, quien asesinó a Micaela Ortega tras contactarla por Facebook.
Video de la campaña: un ejercicio de memoria activa
Lo que muestra y lo que denuncia
El video no solo recuerda los nombres de las víctimas. Más importante aún, denuncia cómo los medios reproducen la imagen de las mujeres asesinadas, pero omiten —o difuminan— los rostros y nombres de los femicidas. Como señala la narración:
“Las notas que cubrieron el caso hablan de ella, pero no de él.”
Con más de 594 horas de aire dedicadas al caso de Ángeles Rawson en sus primeros 15 días, la pieza cuestiona la cobertura mediática y el lugar simbólico que se le da a cada protagonista del crimen.
MÁS INFO
Feminismo, justicia y memoria: el mensaje detrás de la campaña
¿Qué busca Ni Una Menos con este mensaje?
Esta campaña no solo rememora el inicio de un movimiento, sino que también actualiza sus objetivos. Nombrar a los femicidas es un acto de justicia simbólica, que contribuye a cambiar el relato cultural sobre la violencia machista. Ya no alcanza con recordar a las víctimas: hay que identificar a los responsables.
Desde el feminismo, esta campaña reubica el foco: no es la víctima la que debe dar explicaciones, ni su historia la que debe ser juzgada. El centro está ahora en los agresores, sus patrones, sus historias y las fallas del sistema que los cobijaron.
Ni Una Menos no es solo una consigna, sino una práctica de memoria, denuncia y transformación. A una década de aquel primer grito, este video es un llamado directo: recordemos sus nombres, pero también sus rostros. Exijamos justicia con todos los datos sobre la mesa.