En un complejo juicio, la Cámara 1ª del Crimen de Córdoba condenó a 12 años de cárcel a un hombre que quiso matar a golpes en la cabeza con una maza de albañil a su expareja. Luego, al no lograr llevar a cabo el brutal y violento femicidio, quiso atropellarla con su auto, vehículo que finalmente chocó contra un árbol.
El intento de femicidio ocurrió en barrio Villa El Libertador, franja sur de la Capital, durante el mes de julio de 2024. Afortunadamente, la víctima sobrevivió gracias a que pudo escapar de la vivienda y por la participación de vecinos que decidieron auxiliarla, la llevaron a un hospital y alertaron a la Policía.
Dieciséis meses después del salvaje ataque, el hombre identificado como R. M. fue condenado por tentativa de homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género, tal como había solicitado la fiscal de Cámara, Milagros Gorgas. No fue simple para la funcionaria sostener la acusación, dado que, no solo que el imputado negó los hechos y luego dio una versión confusa, sino que la víctima declaró que los golpes sufridos en la cabeza habían sido recibidos al dar contra una ventana.
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“Fue un típico caso de círculo de violencia. La víctima en cierta forma perdonó al agresor y hasta quiso salvarlo producto de una relación asimétrica, violenta y machista”, comentó una fuente judicial a La Voz. Sin embargo, el volumen de la prueba, los testimonios de testigos y otros elementos recabados en el marco de la pesquisa permitieron sostener la acusación y terminaron cercando al agresor, quien volvió a la cárcel. Antes del episodio de violencia de género, había sido condenado por asociación ilícita.
Ataque brutal y escape en Córdoba: cómo fue el intento de femicidio
El episodio que casi termina en tragedia sucedió en la noche del 4 de julio de 2024. Eran poco más de las 21 cuando se produjo una discusión entre el hombre y la mujer en el domicilio que compartían. De acuerdo a la investigación, hubo un cruce de palabras por la compra de una computadora. En esas circunstancias, R.M. comenzó a gritar a su pareja y a arrojar al piso distintos elementos que hallaba a mano. Asustada, la mujer decidió irse del hogar con la intención de buscar refugio en lo de su madre. En ese momento, el hombre tomó una maza de albañil y la emprendió contra ella mientras gritaba: “Te voy a matar”.
La mujer alcanzó a poner un brazo y evitó que el primer golpe le diera de lleno en la cabeza. De todos modos, fue lesionada por la pesada herramienta. En medio de la desesperación y la conmoción, la joven pudo abrir la puerta y escapó hacia la calle. Alcanzó a esconderse por unos instantes detrás de un árbol. Como si nada hubiera sido suficiente, el agresor salió a la calle con la maza en mano, arrancó el auto y, tras ver dónde ella se había guarecido, chocó contra el árbol.
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Afortunadamente, y a pesar de las lesiones en la cabeza, la mujer pudo escapar corriendo hasta un centro social ubicado a unas cuadras donde pidió ayuda. Un vecino la cargó en el auto y la trasladó hasta un hospital, donde recibió las primeras curaciones. Dada la seriedad de las lesiones, luego sería derivada luego a un centro de salud de mayor complejidad.
El victimario alcanzó a escapar aquella noche antes de que la Policía llegara a su casa. Fue atrapado a las pocas horas. La causa fue instruida en la fiscalía de Gerardo Reyes, del fuero de Violencia Familiar, quien se encargó de recolectar las pruebas, testimonios y distintos análisis para cercar al acusado y mandarlo a juicio.