El Juez de Garantías, Gustavo Alberto Gaig, decidió no hacer lugar al pedido de absolución y avanzó en la elevación a juicio contra Oscar “Junior” Benítez por el delito de “instigación al suicidio en contexto de violencia de género” contra su ex pareja, Anabelia Ayala. A partir de la determinación, la querella apeló la resolución al sostener que el hecho se dio en el marco de un femicidio “porque estaba coaccionada a hacer algo por parte de Benítez (quitarse la vida)”. Uno de los argumentos principales, probado en la etapa de instrucción, es que mientras ocurría el desenlace fatal estaba siendo monitoreada por el exjugador a través de una tablet.
“No esperábamos que cerrara la investigación y elevara a juicio porque había varias pruebas pendientes. La Fiscalía dijo que la podíamos hacer en la instancia siguiente, la etapa intermedia. Si bien se puede, esto fue de repente. No lo esperábamos. Ya apelamos el fallo, que no hizo lugar a nuestra petición”, expresó el abogado de los Ayala, Rodrigo Tripolone, en diálogo con El Destape. El Juez de Garantías aceptó la elevación a juicio por pedido del fiscal Jorge Grieco, en conformidad con lo normado por los artículos 45 y 83 del Código Penal y la Ley 26.485, de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
En este marco, el juez Gaig negó el sobreseimiento pedido por la defensa de “Junior” Benítez a partir de la valoración de las testimoniales de familiares, amigos y vecinos sobre el vínculo entre ambos; el entorno de violencia y hostigamiento y las conductas de presión y manipulación emocional que este ejerció sobre ella. “La imputación fiscal sostiene que, a través de dicho dispositivo, el mismo imputado habría presenciado la agonía de la víctima en tiempo real, a través de una conexión por dispositivo electrónico, sin realizar acción alguna para impedir o disuadir el desenlace fatal”, agregó en el fallo.
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“Al valorar objetivamente las circunstancias reseñadas, me veo impedido de acceder a la pretensión de sobreseimiento instada por quien aboga, por cuanto a que no obra certeza negativa o duda insuperable respecto de la incriminación penal, considerando menester presentar las pruebas rendidas ante los jueces venideros donde podrá hacerse valer en favor del imputado la duda que se promueve”, sostuvo el magistrado.
A lo mencionado previamente, se suma la prueba clave del mensaje de voz perteneciente a la sobrina del imputado -quien contó, a través de un audio de WhatsApp, que Benítez observó el momento preciso en el que Ayala se quitaba la vida-, cotejada por una pericia de voz que mostró un “fuerte grado de certeza científica” con la joven y el contenido de la tablet de Anabelia, donde figuran un video del exjugador amenazándola, una carpeta de capturas de pantalla con mapas de geolocalización, una foto de ella con una tela atada al cuello y múltiples correos electrónicos con reproches mutuos.
Gaig también apuntó a la declaración de Benítez, quien calificó a Anabelia de ser una persona “inestable emocionalmente y muy conflictiva” y desacreditó, en repetidas ocasiones, su relato. “Lo cual refleja su intención de autocolocarse discursivamente en una mejor situación procesal, sin lograr contrarrestar el cuadro cargoso reunido”, cerró.
Tripolone expresó a este portal que decidió apelar a la resolución del juez y, ahora, dicha solicitud deberá ser enviada a la Cámara de Apelaciones para decidir “si es ajustado a derecho o no la calificación que nosotros proponemos, que es el femicidio y en subsidio -en caso de no probarlo-, la instigación”. Cabe señalar que una vez elevado a juicio, otro magistrado se hará cargo de la causa. “El problema es que si queda ‘instigación al suicidio’ es un solo Juez Correccional por el monto de la pena (NdR: va desde uno a cuatro años de prisión); mientras que si aceptan nuestra postura, es un Tribunal Criminal de tres jueces… Salvo que Benítez, en el caso de aceptarse nuestro pedido, diga que quiere un Juicio por Jurados”, dijo el abogado.
“La resolución apelada omitió tratar y decidir este planteo, limitándose a convalidar el requerimiento del fiscal y remitiendo indebidamente al fuero correccional. Tal omisión lesiona las facultades del Particular Damnificado, el acceso a la Justicia de la víctima y el deber de motivación suficiente”, se lee en el escrito presentado por la querella.
Más allá del pedido realizado, no hay precisiones de cuánto podría demorarse el envío del juez Gaig a Apelaciones -si es que decide proceder-. Por su parte, si sostiene que su decisión está ajustada a derecho, puede negárselo y allí, el propio representante legal tiene que enviar la solicitud directamente a la Cámara. En caso de que su pedido prospere, y se lo juzgue por homicidio agravado mediando violencia de género, la pena sobre el futbolista será de prisión perpetua.
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El pedido del fiscal y la elevación a juicio: los argumentos contra Junior Benítez
El fiscal Griego aseguró que quedó “legalmente acreditado” que entre las fechas señaladas a lo largo de la investigación, desde 2018 hasta 2023, mientras el futbolista y la mujer mantenían una relación de pareja, “con claras intenciones de que la nombrada tome la decisión de quitarse la vida, Benítez la instigó y/o indujo para ello desarrollando conductas violentas y controladoras, de manera constante y progresiva”; esto último, tanto sobre la damnificada como sobre su entorno familiar.
Asimismo, el representante del Ministerio Público Fiscal sostuvo que el exjugador de Lanús y Boca Juniors -entre otros- llevó adelante diversas acciones que afectaron a Anabelia directamente, tanto de manera física como psíquica. Entre las físicas, señaló lesiones y golpes en diferentes partes del cuerpo -específicamente en la cabeza y el cuello- y en lo relacionado a lo psicológico, amenazas de muerte e intimidaciones (NdR: presentándose en el hogar a pesar de tener medidas cautelares y perimetrales; causando daños en puertas, vehículos y portones; y destruyendo elementos personales de la víctima, entre otros).
Sumado a ello, Junior Benítez ejercía “control cuasi permanente” sobre la vida de la mujer, accediendo a sus redes sociales, haciéndose pasar por ella y hasta pidiendo que ésta informe dónde estaba y con quién, llegando a pedirle confirmación visual. “Con el paso del tiempo, este control abusivo que ejercía fue menoscabando la posibilidad de que ella pudiera regir, ordenar y/o sostener su propia conducta, situación que la instiga o induce a tomar la decisión de quitarse la vida”, apuntó.
Dicho hecho ocurrió el 1 de enero del 2024, en su habitación, mientras el jugador -según el fiscal- se hallaba conectado vía remota observando lo que ocurría.
Cae recordar que Oscar “Junior” Benítez se encuentra, actualmente, condenado y detenido en el Juzgado en lo Correccional N° 8 Departamental por los delitos de “coacción agravada, amenazas, daños, desobediencia y tenencia de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal” en relación a la familia Ayala y que, según entienden, en una escalada del mismo, se generó el trágico desenlace final de la joven.