Quiénes fueron las 3 víctimas que se salvaron de Yiya Murano

Tres personas lograron escapar de Yiya Murano, la mujer que mataba con té y masitas finas. El recuerdo de los tres sobrevivientes, a más de cuatro décadas del triple crimen que convirtió a la mujer en la protagonista de una historia tan escalofriante como atrapante.

23 de septiembre, 2025 | 14.39

La historia de María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte de Murano —o simplemente Yiya— todavía fascina y horroriza. La envenenadora de Monserrat asesinó en 1979 a su prima Carmen Zulema del Giorgio Venturini y a sus amigas Nilda Gamba y Lelia Formisano de Ayala, todas con cianuro. Lo hizo para no pagar deudas, mientras lloraba en sus velorios sin una sola lágrima real.

A más de una década de su muerte en un geriátrico de Belgrano, y con nuevas revelaciones de archivo, vuelve a tomar fuerza una pregunta que obsesionó al periodismo policial: ¿cuántas muertes intentó realmente Yiya? Porque más allá de sus tres víctimas fatales, hubo al menos tres que lograron salvarse.

Martín, el hijo que casi muere envenenado

El propio hijo de Yiya reveló en su libro que su madre intentó matarlo a los diez años. Contó que lo vio echarle un líquido a un pedazo de torta que pensaba darle. En el último momento, ella se arrepintió de ofrecérselo. “Simplemente, no se animó”, aclaró Martín Murano. El relato hiela la sangre: de haber aceptado esa porción, él mismo podría haber sido parte del conteo macabro.

Julio Banín, el marido ciego que la descubrió

Otro sobreviviente fue su último esposo, Julio Banín, ex corrector de La Opinión. Ciego y frágil, conoció a Yiya en un colectivo. Su hija Julia denunció años más tarde que Murano intentó asesinarlo con veneno para ratas en los fideos que le servía. El marido sobrevivió, aunque perdió mucho más que la salud: su fortuna desapareció de una caja de ahorros que estaba llena de recortes de diario en lugar de billetes.

Julia Banín, la hijastra que escapó

La tercera superviviente fue la hija de Banín. Denunció que Yiya había intentado envenenarla a ella también, en el mismo episodio de los fideos. La joven aseguró que, junto con su padre, lograron salvarse de milagro. Décadas después, Julia todavía sostenía que la envenenadora había planeado quedarse con el dinero familiar a cualquier precio.

Yiya Murano.

La condena y el enigma sin resolver

El periodista Enrique Sdrech sostenía que Yiya pudo haber envenenado a diez personas, aunque nunca se probó. "Sólo a dos personas las he matado, una es mi madre y la otra es mi primer marido, porque no aguantaron mi injusta detención", aseguró la mujer en una entrevista que dio a Radio 10 en 2006. 

La pregunta de dónde conseguía el cianuro sigue sin respuesta. Algunos investigadores sospechaban de un cómplice médico o incluso de sus amantes. 

Su propio hijo fue quien la entregó a la Policía. En 1982 fue declarada inocente porque no había testigos directos de los crímenes, pero tres años más tarde fue condenada a prisión perpetua.

Convertida en figura mediática después de salir de prisión en 1995 —llegó a ser columnista de TV e invitada al programa de Mirtha Legrand—, Yiya jugó siempre con el límite entre la negación y la autopromoción. Hoy, su sombra vuelve en documentales, series y libros que la recuerdan como lo que fue: un personaje de novela policial en carne y hueso.