Football Manager 2026 deja en claro que asistimos a un cambio de era para una de las franquicias más consolidadas entre los videojuegos deportivos. Sin embargo, el cambio no supone un halago en sí mismo y el resultado del primer desarrollo con el motor de Unity ofrece un juego con aciertos, pero también con varias sombras por aclarar. La entrega es un paso estable hacia un camino que, ajustando en puntos clave, puede ser prometedor.
Luego de la cancelación de la edición 2025 y el anuncio del paso a Unity, la sólida comunidad de FM tachó días en el calendario a la espera de un juego que pueda ir mucho más allá de lo que fue el 2024 -quizás el más cercano a la perfección bajo los parámetros de la era anterior- y que rompa con la monotonía de los años previos. Sports Interactive apuntó a mostrar un rediseño casi total que da un mensaje claro en cuanto a la apuesta, sin perder gran parte de la esencia ni estar exento de aspectos a mejorar o repensar para el futuro. El juego está disponible desde el 4 de noviembre.
Un apartado táctico mucho más profundo, pero a la vez simplificación de la jugabilidad se mezclan con una interfaz de usuario sobrecargada de datos que contrasta con importantes aportes del motor gráfico para entender a nuestro equipo, en una experiencia mucho más centrada en el jugador que añora la inmersión en el mundo de viejas entregas.
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El día de partido: táctica más profunda y una mejor visión
Si hay que definir una evolución con respecto a sus predecesores, el apartado táctico de FM26 es la gran novedad. El juego mantiene en gran medida esquemas, roles y estrategias ya conocidas e incluso sostiene una línea visual que ayuda a orientarse a los experimentados, pero da el salto hacia adelante con dos aspectos: los esquemas con y sin posesión y las instrucciones en las distintas fases de juego.
El desafío es ahora pensar una (o mejor dicho, varias) tácticas que se ajusten al equipo dirigido, tanto en ataque como en defensa con el ojo bien puesto en las transiciones, la cobertura de espacios y los caminos al gol. Tener que pensar el modelo táctico en dos partes, propone buscar nuevas formas de trabajar nuestro equipo, cuidar detalles como el movimiento en bloque y pulir nuestras ideas más de una vez. Ya no sirve pensar en, por ejemplo, un extremo que sea punta de lanza del ataque si no se piensa a la vez en qué lugar ocupa ese mismo futbolista cuando el equipo tiene que recuperar la pelota. Allí, los roles, conocidos y redefinidos, son fundamentales.
A su vez, las ya conocidas instrucciones de equipo son más claras en esta versión. Con mejor descripción de lo que provocan (incluso sumando pequeños videos del movimiento táctico) y, sobre todo, con el tratamiento divido en fases tanto ofensivas como defensivas, es posible tener un concepto más acabado del posicionamiento del equipo.
El día de partido es no solo el lugar donde se conjuga todo el trabajo táctico sino también el gran foco de Football Manager 2026. El aporte de Unity es contundente y si bien la estética del partido no es fundamental para un juego de gestión, los movimientos más naturales de los jugadores, sus animaciones y sus reacciones da herramientas para entender mejor si el equipo hace lo que se planificó o qué se debe modificar para mejorar. El 3D cobra un nuevo sentido en la saga y el ajuste de la IA rival apuntada a explotar nuestras debilidades también presenta su desafío.
Un aspecto que quizás se extraña de versiones previas es la posibilidad de personalizar y sumar tarjetas de información durante el partido, a gusto y necesidad de cada DT.
TransferRoom, Mundial, nuevas ligas y fútbol femenino: los otros aciertos
La parte de contrataciones también se lleva sus miradas, sobre todo con el nuevo TransferRoom. Si hay algo que le gusta a los managers es pasar horas analizando jugadores y soñando con la mejor combinación para la plantilla y es por eso que las mejoras de fichajes son un punto alto.
Las negociaciones son ahora más simples y transparentes, sobre todo más fáciles de entender. El planificador de plantilla cobra un poco más de relevancia y permite plasmar las necesidades más rápido. Lo mismo pasa con la gestión de contratos, que destaca la duración de los mismos a golpe de vista. Asimismo, las funcionalidades de "requisitos" y "oportunidades de propuestas", agilizan los fichajes y las ventas mediante la comunicación con el resto de los clubes.
Y como siempre, sumar sitios en los que poder dirigir también es placentero. La incorporación del fútbol femenino es un gran paso y abre todo un mundo de historias y desafíos nuevos que lograr para los veteranos. En tanto que nuevas ligas como las de Lituania, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, son un gran aporte para los DT que gustan de caminos exóticos.
Pero el gran golpe será la posibilidad de jugar el Mundial 2026 bajo licencia oficial FIFA.
El rediseño: un cambio radical que necesita pulirse
Desde que FM26 se abre, la mano de Unity está a la vista. Todo luce más moderno, comenzando por la creación de un nuevo manager, y distinto, como la complicada presentación de la información. La interfaz de usuario prometía ser más fluida, según los desarrolladores, aunque en muchos casos abruma de información. Lo que queda claro es que rompió con lo establecido.
El núcleo que hizo tan consistente a la saga de Sports Interactive sigue ahí, pero en muchos casos bajo capas de pasos innecesarios o menús mal diagramados. Sí, es verdad que con el paso de las horas algunas cosas parecen menos complejas, pero la navegación no deja de ser laberíntica, repleta de clics y con callejones sin salida.
El menú superior que reemplaza al ya histórico menú lateral se vuelve difícil de entender. En la mente del jugador experimentado hay que trazar nuevas rutas para llegar a la información deseada, que en varios casos ni siquiera está ubicada en el área donde la lógica lo demanda. A eso hay que sumarle las pantallas principales de cada sección abarrotadas de información en bloques que no son personalizables ni ajustables de acuerdo a la jerarquía que cada entrenador le quiera dar. Al tiempo que el template (que no es personalizable como antes) no usa buenos recursos para separar o destacar información y todo parece bastante monótono.
Una muestra de esta situación son las reuniones de equipo. La vieja funcionalidad se agregó en uno de los últimos fix de la beta, pero fue difícil de encontrar en el juego ya que el apartado se redujo a un botón pequeño dentro de la plantilla que no destaca de ninguna manera. A su vez, sucede que al tocar en un cuadro de alguna de las pantallas se abre un pop up que muestra información parcial y se necesita un clic extra para entrar a la pantalla principal de ese apartado (por ejemplo, de tabla de posiciones al torneo).
En algunos de estos detalles el juego hace pensar en cierta simplificación para que el usuario no experimentado pueda iniciarse sin hundirse en la profundidad del juego de entrada y consolidar su experiencia de a poco, pero esto choca con el aluvión de información y las molestias para el jugador de años.
Menos inmersión: el mundo se pierde para realzar al jugador
Más allá de los infinitos desafíos que puede ofrecer esta saga, una particularidad por la que destacaba era esa sensación de ser parte de un mundo vivo que gira en torno a la pelota. ¿Cómo lograba eso un juego basado casi íntegramente en texto? es una gran pregunta, pero lo lograba. En ediciones anteriores, el técnico podía estar luchando por no descender en la liga turca, pero el juego se encargaba de hacer notar cómo iban el resto de los torneos o qué pasaba con las novelas del mercado de fichajes alrededor del mundo. Con pequeñas noticias, con apartados a un clic, con detalles que este FM26 decidió esconder.
Es claro que la intención del nuevo producto es centrarse en el DT, sus decisiones y su pequeño mundo, dejando de lado el contexto, al que hay que ir a buscar a propósito si uno lo desea para enriquecer la experiencia. El lente encuadra en el primer plano de nuestra actividad y el camino partido a partido, en detrimento de la narrativa.
Conclusión
El nuevo Football Manager 2026 es claramente una declaración de cambio. El salto se nota en los primeros clics y en las decisiones de diseño y jugabilidad. El puntapié de la nueva era bajo Unity no es perfecto, pero tampoco es giro de timón que destruye años de consolidación. Ofrece una experiencia de juego que sigue atrapando, pero que a al vez necesitará de la reeducación de la gran base estable de jugadores que se acostumbrarán con el tiempo a sus mejoras y sus falencias. No estará alejado de los reclamos y las quejas por algunos de sus puntos débiles, pero sienta las bases de un nuevo pulso para este universo a la vez que puede entregar cientos de horas de entretenimiento.
Con el primer paso dado, la expectativa apunta de lleno a una edición 2027 más completa y resuelta que escuche las impresiones de los fans durante este año. Pero el camino parece estar bien dirigido.
