A partir de 2026, los estudiantes en Tennessee podrán inscribirse en una materia titulada “Grand Theft America: U.S. History Since 1980 through the GTA Video Games”. En lugar de usar solo libros y documentos, el curso tomará fragmentos de GTA V, San Andreas, Vice City y otros juegos para abordar temas reales: desigualdad social, urbanismo, corrupción política, cultura popular y crisis económicas.
El profesor detrás de esta propuesta es Tore Olsson, quien ya había experimentado con un curso sobre el oeste estadounidense basado en Red Dead Redemption. Ahora lleva ese enfoque al presente y lo vincula con narrativas contemporáneas a través del mundo ficticio pero simbólico de GTA.
¿Cómo funcionará el curso?
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Los estudiantes no estarán obligados a tener el videojuego ni jugarlo por su cuenta; el análisis se centrará en fragmentos y escenas seleccionadas.
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La metodología combina clases tradicionales, debates, presentaciones y el visionado de secciones del juego para contrastar con hechos históricos reales.
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El semestre comenzará el 20 de enero de 2026, aunque no requerirá que los alumnos compren consolas o PCs potentes para participar.
Este formato busca promover un aprendizaje más visual, inmersivo y contextualizado, en el que los estudiantes pueden ver cómo los videojuegos reflejan realidades sociales y políticas, a pesar de su dramatismo o exageraciones.
¿Por qué usar GTA para enseñar historia?
GTA no es solo acción: es un espejo deformado de la sociedad estadounidense contemporánea. Sus tramas incluyen:
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Crisis urbanas, violencia policial, desigualdades en los barrios, conflictos de poder.
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Referencias explícitas a la cultura pop, al consumismo, el crimen organizado y la política.
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Escenarios reconocibles con versiones ficticias de ciudades reales, lo que permiten discutir con los estudiantes qué se exagera y qué refleja la realidad.
De este modo, el videojuego deja de verse como mero entretenimiento para transformarse en herramienta didáctica crítica, capaz de conectar con intereses de los jóvenes y generar preguntas profundas sobre historia, sociedad y narrativa.
Con esta clase, la University of Tennessee apuesta a romper el molde: enseñar historia a través de videojuegos no significa trivializar los contenidos, sino resignificarlos, usarlos como ventana para el análisis, el debate y la reflexión. Un paso audaz hacia la educación del siglo XXI.