El secreto de los técnicos para limpiar el aire acondicionado y que quede como nuevo

Un simple lavado de los filtros y limpieza del evaporador puede hacer que el aire acondicionado recupere su potencia, elimine olores y funcione como nuevo sin llamar a un técnico.

12 de noviembre, 2025 | 09.13

Con la llegada del calor, llega también el momento de encender el aire acondicionado después de meses sin usarlo. Pero muchos se llevan la sorpresa de que el aire ya no enfría como antes o desprende un olor desagradable a encierro. Aunque muchos creen que se trata de una falla técnica, la mayoría de las veces la solución es mucho más simple y no requiere llamar a un profesional.

Cómo es el tip secreto de los profesionales para limpiar el aire acondicionado

El “secreto” que los técnicos aplican y que cualquiera puede hacer en casa comienza con un paso fundamental: desenchufar el equipo o cortar la corriente eléctrica para trabajar con seguridad. Luego, hay que levantar la tapa frontal del aire acondicionado, que en la mayoría de los modelos se abre con un suave movimiento hacia arriba.

Allí se encuentran los filtros de malla plástica, encargados de atrapar el polvo y las partículas del aire. Con el paso del tiempo, esos filtros acumulan una capa gris que bloquea el paso del aire frío y genera mal olor. La limpieza es sencilla, hay que enjuagarlos con agua tibia y unas gotas de detergente neutro. Si la suciedad está muy adherida, puede usarse un cepillo de dientes viejo. Luego, se dejan secar completamente, de preferencia a la sombra, para evitar deformaciones.

Mientras tanto, se puede aprovechar para limpiar el evaporador, la parte metálica visible detrás de los filtros. Con un paño seco o un limpiador específico para aire acondicionado, se eliminan los restos de polvo y humedad que se acumulan entre las aletas. Este paso es clave, ya que allí se produce el enfriamiento del aire: cuando está limpio, el flujo vuelve a ser potente y parejo.

Una vez que todo está seco, solo queda colocar nuevamente los filtros, cerrar la tapa y encender el equipo. En pocos minutos, se nota la diferencia porque el aire sale más frío, más limpio y sin olor.

El cambio suele ser tan grande que muchos descubren que su aire no estaba roto, sino simplemente sucio. Además, mantener el equipo limpio mejora el rendimiento, reduce el consumo eléctrico y prolonga su vida útil.

Este truco, que los técnicos recomiendan repetir cada tres meses o al inicio de cada temporada, no requiere herramientas ni productos costosos. Solo un poco de tiempo, agua tibia y atención.