Cuando se trata de la alimentación de un bebé los cuidados tienen que ser extremos. Con la supervisión de un pediatra, la dieta de los más pequeños de la familia tiene que ser motivo de permanente atención. En este sentido, existe un alimento que se encuentra en la alacena de la mayoría y que es potencialmente mortífero para aquellos.
Se trata de la miel. Este alimento que a simple vista puede parecer inofensivo, puede provocar botulismo en los bebés de entre una y 52 semanas. Esta enfermedad es consecuencia de la ingesta de las esporas conocidas como Clostridium botulinum, unas bacterias difíciles de destruir, frente a las cuales los más pequeños son muy vulnerables por su sistema inmunológico poco desarrollado.
Qué es el botulismo y por qué los bebés no pueden comer miel
El botulismo es una enfermedad o intoxicación causada por una neurotoxina bacteriana, la toxina botulínica, producida por la bacteria Clostridium botulinum. La forma más frecuente de intoxicación es a través de la alimentación, y en bebés puede ser por la ingesta de miel. Asimismo, puede adquirirse por la contaminación de heridas abiertas, dado que estas esporas abundan en la tierra.
Cuáles son los síntomas de botulismo en bebés y su tratamiento
Si bien los adultos pueden sufrir de botulismos, en los bebés esta enfermedad puede ser mortal. Frente a los siguientes síntomas, hay que acudir de forma urgente a un hospital o sanatorio, para que los expertos puedan actuar de forma rápida ante el cuadro de intoxicación:
- Estreñimiento
- Debilidad, pérdida del tono muscular
- Llanto débil
- Mala alimentación o succión débil o nula
- Midriasis
- Dificultad respiratoria
- Lucidez mental a pesar de la debilidad
En lo que refiere al tratamiento frente a un cuadro de botulismo, suele llevarse a cabo asistencia respiratoria para evitar un paro cardíaco. Asimismo, se administra la antitoxina botulínica equina trivalente ABE para neutralizar el efecto de la toxina circulante y aplicando una terapia de soporte. En casos de gravedad, puede ocurrir que se intube al paciente y se administren líquidos intravenosos, siempre y cuando persista la dificultad de deglución.
MÁS INFO
El tiempo es clave frente a un cuadro de botulismo, dado que si se asiste de forma temprana, se reduce el riesgo de muerte. En cuanto a las consecuencias en términos de salud, pueden quedar daños en el sistema nervioso, que puede llegar a prolongarse hasta un año después. Todo esto se puede evitar llevando un control sobre la alimentación de los más pequeños, siempre supervisado por un pediatra de cabecera.