Murió el mito: ¿es realmente bueno tomar la famosa gaseosa de lima limón cuándo se está enfermo?

Es muy habitual tomar la famosa gaseosa de lima limón cuando se está mal de la panza. Te contamos si es realmente beneficioso o no a la salud.

18 de septiembre, 2025 | 21.41

Es muy habitual que cuando somos chicos, nuestros padres nos den una famosa gaseosa de lima limón para aliviar el dolor de panza. Este "remedio" casero se pasó como una fórmula indiscutible de generación en generación, pero, ¿es realmente bueno para la salud?, ¿ayuda al dolor de estómago o solo lo empeora? A continuación te contamos todo lo que hay que saber al respecto.

¿Hace bien tomar gaseosa de lima limón cuando duele la panza?

Por más que se le quite el gas revolviendo con una cuchara, tomar gaseosa de lima limón cuando duele la panza no es beneficioso para la salud. Según el Dr. Oscar López, en diálogo con el Ministerio de Salud de Misiones, Argentina, el mismo le prohibe a sus pacientes "el uso del Gatorade o las gaseosas como las 7up, porque producen más diarrea".

No es recomendable tomar gaseosas de lima limón cuando se está mal de la panza.

Asimismo, para el sitio web especializado Medical News Today, el consumo de este tipo de bebidas con un cuadro de gastroenteritis es contraproducente, dado los elevados porcentajes de azúcares que contiene. Tan solo una lata común de esta bebida de lima limón equivalen a entre 7 y 10 cucharaditas de azúcar. Lo mejor es reemplazar dicha gaseosa por agua, que sin dudas ayudará a combatir el dolor de panza.

¿De dónde nació el mito de que hace bien tomar gaseosa cuando duele la panza?

El mito de que tomar gaseosa de lima limón cuando duele la panza hace bien, nació de una mezcla entre tradición popular y herencia médica. En el siglo XIX, las sodas carbonatadas comenzaron a usarse en farmacias como remedios caseros para la indigestión y las náuseas, ya que el gas producía eructos que daban sensación de alivio. Con el tiempo, esa práctica se trasladó a las gaseosas claras, como las de lima limón, percibidas como más suaves y menos irritantes para el estómago que las variedades oscuras.

En Argentina y otros países, la costumbre se transmitió de generación en generación; madres y abuelas solían recomendar una gaseosa de este tipo, incluso “desgasificada”, para calmar vómitos o malestar digestivo. La industria también reforzó la idea al posicionarlas como bebidas frescas y livianas. Sin embargo, más allá del mito, no existen pruebas científicas de que tengan un efecto terapéutico real, y en ciertos cuadros gastrointestinales su contenido de azúcar o gas puede incluso resultar contraproducente. Asi que, ya sabés, la próxima vez que te duela la panza o que haya un niño en esta situación, no le des de tomar gaseosa de lima limón.