En medio de un contexto económico y político convulsionado, una decisión sacude al sistema aerocomercial argentino: uno de los aeropuertos más importantes del país cerrará sus operaciones por al menos tres meses debido a una ambiciosa obra de refacción. El anuncio, que generó preocupación en sectores turísticos y empresariales, reavivó el debate sobre la infraestructura aérea y la conectividad en un momento donde el ajuste estatal y la reducción de servicios públicos son moneda corriente bajo la gestión del presidente Javier Milei.
Se trata del Aeropuerto Internacional Islas Malvinas (AIR) de Rosario y su clausura temporal responde a un proyecto de reconstrucción total de pista que contempla mejoras estructurales y tecnológicas de alto nivel. Las obras incluyen el refuerzo del asfalto en el tramo central, la instalación de un nuevo sistema de balizamiento de última generación y la adecuación del aeropuerto a estándares internacionales más exigentes. El objetivo es claro: aumentar la seguridad, permitir el arribo de aeronaves de mayor porte y elevar la categoría operativa del aeropuerto, posicionándolo como un nodo clave del sistema nacional.
Aunque se trata de una inversión estratégica, el presupuesto supera los 41 mil millones de pesos, la suspensión de vuelos durante cien días pone en jaque a más de un millón de personas que dependen directa o indirectamente de este servicio para su movilidad, comercio y turismo. En respuesta, la provincia de Santa Fe impulsó una propuesta que busca convertir la contingencia en una oportunidad: utilizar el Aeropuerto de Sauce Viejo, en la capital provincial, como reemplazo temporal para vuelos nacionales e internacionales, hasta que se reincorpore el servicio habitual.
Cómo se anunció el cierre del Aeropuerto Internacional Islas Malvinas de Rosario
Marcela Aeberhard, secretaria de Turismo de Santa Fe, fue la encargada de anunciar la iniciativa, que ya fue presentada al secretario de Turismo de la Nación, Daniel Scioli. “Queremos que esos vuelos, tanto los nacionales como los internacionales, salgan del Aeropuerto Internacional de Sauce Viejo, que es un aeropuerto metropolitano”, afirmó. “Entre Santa Fe y Paraná somos más de un millón de personas. Esta es una gran oportunidad para impulsar el turismo y visibilizar el potencial de la región”.
El aeropuerto afectado por las obras experimento un crecimiento sostenido: en el último año los vuelos aumentaron un 35%, y los internacionales un 126%. Alberga rutas estratégicas con compañías como Latam, Gol, Copa Airlines y Aerolíneas Argentinas, conectando con ciudades como Lima, Río de Janeiro, Panamá y Punta Cana, además de una extensa red de vuelos domésticos.
Pese a la propuesta santafesina, aún no hay definiciones firmes. Algunas aerolíneas evalúan trasladar sus operaciones a Aeroparque durante el cierre, incluso ofreciendo transporte terrestre entre la ciudad afectada y Buenos Aires, una alternativa que podría acentuar las desigualdades en materia de conectividad regional.
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