Un agricultor francés se colocó en el foco de atención mundial tras descubrir un tesoro valuado en más de 4000 millones de euros en su jardín. Sin embargo, la alegría le duró poco, ya que al cabo de unos días se quedó sin nada de esa fortuna por un peculiar motivo que generó controversia en todo el mundo.
Precisamente, el hombre llamado Michel Dupont empezó a excavar la tierra de su jardín tras encontrarse con un reflejo poco habitual en el arroyo. El descubrimiento fue impensado, ya que halló una gran cantidad de pepitas de oro en el perímetro de su finca, pero ante el desconocimiento, terminó contactando a un grupo de profesionales que dieron aviso al Estado. Con esta intervención se quedó prácticamente sin nada de esa fortuna.
La definición de los profesionales fue tan rápida como sorprendente: aseguraron que se trataba de un tesoro aurífero valuado en aproximadamente 4000 millones de euros. Pero la situación no tardó en llegar a las autoridades estatales, quienes rápidamente aplicaron la Ley de Minería francesa y, lamentablemente, lo dejaron sin nada de ese tesoro.
Qué dice la Ley de Minería francesa y qué pasó con el tesoro
El Código Minero francés establece que todos los recursos minerales del subsuelo pertenecen al Estado, incluso cuando se encuentran dentro de propiedades privadas. Esto quiere decir que personas como Michel no puede reclamar el total de lo hallado aunque sea en un espacio privado. Sin embargo, el estado francés también establece la entrega de una recompensa simbólica del 0,5% del valor total hallado.
Así las cosas, si todo marcha como debería, Dupont obtendrá un total de unos 20 millones de euros, una cifra ínfima en comparación al valor total del tesoro. Por otro lado, como ahora el terreno quedó en manos del Estado, el agricultor no puede intervenir en la tierra por lo que dure el proceso de extracción.
Precisamente, el dueño de la finca no puede cultivar, criar ganado ni ingresar a ciertas áreas del terreno; por ahora el campo quedó bajo vigilancia oficial, con acceso restringido, mientras se evalúan posibles impactos ambientales, presencia de especies protegidas y viabilidad minera. Y aunque si bien el tiempo es impreciso, se reveló que podría extenderse hasta por una década, lo que intervendría directamente con la actividad