La regla 80-20 que ayuda a las parejas a tener una relación estable

Una fórmula simple propone priorizar lo esencial para construir relaciones más estables y satisfactorias.

28 de septiembre, 2025 | 17.59

El amor no siempre garantiza la felicidad plena en una relación de pareja. A veces, un pequeño conflicto puede tener un gran impacto, mientras que un gesto positivo puede marcar la diferencia en la percepción general. En este contexto aparece la regla del 80-20, también llamada Principio de Pareto, que sostiene que una minoría de causas genera la mayoría de los resultados.

Este concepto, originado en el siglo XIX por el economista Vilfredo Pareto, encontró aplicación en múltiples ámbitos: desde la economía hasta la atención al cliente. Y, según el psicólogo estadounidense John Gottman, también se refleja en las relaciones de pareja.

Qué es la regla 80-20 y cómo se aplica

Aplicada al amor, la regla del 80-20 explica que un 20% de comportamientos clave puede generar el 80% de la satisfacción. Por ejemplo, aunque existan discusiones ocasionales, mantener una proporción de cinco interacciones positivas por cada negativa asegura relaciones más sólidas. Pequeños gestos de cariño, agradecimiento o apoyo cotidiano pesan más que la suma de los conflictos.

Además, ayuda a las parejas a poner el foco en los problemas centrales, en lugar de desgastarse con cada desacuerdo menor. Identificar el origen principal de los conflictos, como el manejo del dinero o la distribución de tareas, y abordarlo de forma conjunta puede mejorar gran parte de la convivencia.

Balancear una relación amorosa es fundamental para mantener la armonía en una pareja.

La regla también subraya la importancia de priorizar el tiempo de calidad, aunque sea breve: una cita semanal, una charla sin distracciones o un espacio de conexión emocional impacta mucho más que el simple “tiempo compartido” sin atención plena.

Finalmente, la compatibilidad en valores y metas comunes representa ese 20% esencial que sostiene el 80% de la estabilidad a largo plazo. Al centrarse en lo que realmente importa, las parejas logran una base sólida que hace más llevaderos los desacuerdos cotidianos.