Macabro descubrimiento en la Antártida: un cuerpo intacto después de años de congelamiento

Un inesperado deshielo en la Antártida sacó a la luz objetos personales y restos humanos que resolvieron un misterio congelado por décadas.

25 de septiembre, 2025 | 16.44

Lo que comenzó como una inspección rutinaria terminó en un hallazgo estremecedor. A mediados de enero de este año, un grupo de empleados de la estación polaca en la Antártida recorrió una zona de la isla King George donde el retroceso del glaciar Ecology había dejado al descubierto un paisaje hasta entonces oculto. Entre las rocas aparecieron más de 200 objetos personales: una linterna, bastones de esquí, un reloj de pulsera, un cuchillo y la boquilla de una pipa. Nadie sospechaba que detrás de esos rastros se escondía una historia congelada en el tiempo.

Un mes más tarde, un equipo interdisciplinario integrado por un arqueólogo, un geomorfólogo, un antropólogo y un glaciólogo volvió a la zona. Allí encontraron restos óseos que resultaron decisivos. Trasladados a las Islas Malvinas y luego analizados en el King's College de Londres, los estudios de ADN confirmaron lo impensado: correspondían a Dennis Bell, un investigador inglés desaparecido en 1959.

Quién era Dennis Bell, el investigador que hallaron muerto en la Antártida 

Bell, que había llegado como meteorólogo a la base británica de King George un año antes, perdió la vida en una expedición sobre un glaciar. Tenía 25 años cuando, acompañado por tres colegas en trineo, avanzó por una zona de nieve profunda y grietas. Sus compañeros relataron que, al marchar adelante sin esquís, cayó en una abertura del hielo. Intentaron rescatarlo con cinturones, pero una tormenta repentina frustró el operativo. Desde entonces, su paradero fue un enigma.

Tras 66 años, su familia pudo finalmente cerrar la herida. “Dennis fue uno de los muchos valientes que contribuyeron a la ciencia temprana y a la exploración de la Antártida en condiciones extremadamente duras”, recordó Dame Jane Francis, directora del British Antarctic Survey.

El hombre muerto en la Antártida se encontraba en una misión de reconocimiento.

El caso de Bell se suma a una larga lista de tragedias en el continente blanco: desde 1944, 29 científicos británicos perdieron la vida en misiones polares. Muchos, como Stanley Black, David Statham y Geoffrey Stride, nunca pudieron ser recuperados.