El oasis bonaerense de kiwis que se esconde muy cerca de la Capital

Un rincón bonaerense invita a descubrir paisajes rurales, cosechas de frutas, olivares y experiencias gastronómicas únicas en plena naturaleza.

23 de septiembre, 2025 | 15.54

La provincia de Buenos Aires guarda rincones poco explorados que sorprenden por su riqueza natural y cultural. A solo 185 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, Saladillo emerge como un destino inesperado donde el kiwi, convertido en símbolo local, protagoniza una ruta de sabores y experiencias rurales únicas.

Lo que comenzó como una rareza se transformó en una actividad pujante que hoy se complementa con la producción de naranjas, mandarinas, limones y pomelos. Con una filosofía de aprovechamiento integral, los productores convierten la fruta que no llega al mercado en mermeladas artesanales sin aditivos, que pueden degustarse en visitas guiadas.

El turismo rural ofrece propuestas originales como “cosechero por un día”, donde los visitantes recorren los cultivos, cosechan su propia fruta y participan en competencias para premiar la pieza de mayor peso. La jornada concluye con mates, tortas y dulces caseros en un entorno campestre ideal para familias, parejas o grupos de amigos que buscan desconectarse del ritmo urbano.

Cómo es la ruta de los olivos 

Más al sur, a 588 kilómetros de la Capital, Tornquist abre otra puerta al turismo productivo con su ruta de los olivos. Allí, entre sierras y suelos pedregosos, los olivares crean un paisaje singular. Los productores locales invitan a descubrir el proceso de elaboración del aceite de oliva a través de recorridos guiados, catas y maridajes que deleitan a los paladares más exigentes. Los niños también tienen su espacio con la actividad “Exploradores del Olivar”, que combina juego y aprendizaje en contacto con la naturaleza.

Saladillo tiene una de las principales plantaciones de kiwi en Argentina.

Ya sea en Saladillo o en Tornquist, esta ruta bonaerense poco conocida propone detener el tiempo, aprender de quienes trabajan la tierra y disfrutar de sabores auténticos en escenarios que combinan tradición, naturaleza y hospitalidad. Un oasis cercano, perfecto para redescubrir la provincia en primavera.