Rodolfo “el Tano” Ranni sorprendió al hablar de un costado casi desconocido de su personalidad, a pesar de su larga trayectoria y de su fama de hombre frontal. A los 87 años, el actor confesó que, lejos de su imagen de tipo sin filtros, tiene una característica que pocos imaginaban y sorprendió a todos con su íntima confesión.
“Nunca pensé en eso. No tengo ningún problema en el medio con nadie, todo lo contrario. Lo que pasa es que cuando digo algo, o pienso algo, se me nota en la cara. La gente a veces se confunde. Soy muy vergonzoso, al revés de lo que muchos creen", dijo el famoso y prestigioso artista a revista Pronto.
Hoy el actor atraviesa una etapa especial: regresó a los escenarios junto a Marta González en Negociemos, una historia de amor, una obra que marca un reencuentro muy esperado en sus carreras. “Con Marta somos amigos desde hace sesenta años. Hemos trabajado muchísimo juntos. Hacía veinte años que no compartíamos escenario; lo último fue El gran deschave. Para los dos es un momento muy particular, porque de verdad nos queremos mucho y en el escenario nos entendemos de una manera muy especial”.
La pasión desconocida de Rodolfo Ranni
El actor también aprovechó para contar una pasión que pocos conocen: la gastronomía. “En mi casa no hay platos estrella… y tampoco estrellas. Cocinamos de todo, desde comida china hasta árabe. Las mejores empanadas árabes de la Argentina las hace mi mujer; el relleno lo hago yo, claro. Pero no es una pasión: es algo cotidiano". En tanto sus familiares aseguran que él es uno de los mejores asadores y que realiza las mejores salsas del país.
