El hallazgo de inscripciones chinas debajo del mar en medio de la expedición científica Station 69: Mar Del Plata Canyon, Argentina | SOI Divestream 812 fue uno de los más comentados por los usuarios. El hecho se dio en un contexto de furor por la transmisión en vivo de lo que ocurre en el Cañón Submarino Mar del Plata, en la que se pudieron ver especies marinas exóticas.
La bolsa de plástico con caraceres chinos fue encontrada a 1200 mts bajo el mar, a 300 kilómetros de la ciudad bonaerense. El pasado sábado a la mañana el ROV SuBastian -un vehículo operado a distancia que transmite imágenes del mundo acuático en alta definición- se dio este inesperado descubrimiento.
El usuario de redes Andrés Snitcofsky hizo un hilo sobre los hallazgos de la expedición marina y, al ver las inscripciones chinas, señaló: "No sorprende, ya que están ahí nomás de la supuesta zona de exclusión (milla 200) donde hay mucha actividad legal e ilegal de pesca china (y de otros países)". La transmisión de YouTube reunió a más de 18 mil espectadores, entre los cuales muchos argentinos comentaron en tiempo real los descubrimientos y el suceso se convirtió en un punto de encuentro entre la ciencia y la participación del público.
MÁS INFO
Sin embargo, el hallazgo de estos caracteres chinos no fue la única sorpresa. Durante la transmisión, los espectadores pudieron ver especies poco comunes, como un pulpo Graneledone boreopacifica, una estrella de mar observada a 1.195 metros de profundidad y un cangrejo. La interacción entre el público y el equipo científico fue constante: mientras operaban el robot submarino desde mar abierto, los investigadores respondían en directo a las consultas consultas de la gente.
El inesperado hallazgo en el océano patagónico
En el océano patagónico se produjo un descubrimiento importante: se confirmó la reaparición de la ballena Sei (Balaenoptera borealis), una especie que se consideraba extinta desde hacía más de un siglo, ya que no se tenía registro desde 1929. Hace algunos años se habían detectado indicios en el Golfo San Jorge, lo que motivó un proyecto iniciado en 2019 para monitorear su posible regreso. Gracias a vuelos de observación y la recolección de datos genéticos, los científicos comprobaron finalmente la presencia de esta ballena en la región.