El radiotelescopio MeerKAT, ubicado en Sudáfrica y compuesto por 64 antenas de 13,5 metros, captó recientemente una señal de radio proveniente del cometa interestelar 3I/Atlas que despertó gran interés en la comunidad científica y en el público general. Esta señal, descrita por los investigadores como “líneas de absorción de OH” en las frecuencias de 1665 y 1667 megahercios, corresponde a la interacción de moléculas de hidroxilo con la radiación solar, un proceso común en cometas que se aproximan al Sol y subliman su hielo.
Lejos de tratarse de una señal artificial, los expertos aclararon que estas frecuencias son características naturales generadas por la liberación de gases durante la sublimación del cometa. Este fenómeno modifica la trayectoria de las moléculas y provoca patrones detectables por radiotelescopios como MeerKAT. La detección se concretó el 24 de octubre, justo cinco días antes que el cometa alcanzara su perihelio, el punto más cercano al Sol. Intentos anteriores, realizados el 20 y 28 de septiembre, no arrojaron resultados similares.
El astrofísico Avi Loeb, quien ha impulsado la vigilancia de este objeto por su posible relación con señales espaciales históricas, afirmó que “la señal observada no constituye una transmisión tecnológica, sino una absorción natural de moléculas de hidroxilo”. Loeb recordó que alentó a observatorios como MeerKAT a seguir 3I/Atlas porque su trayectoria coincidía “a menos de nueve grados con la de la señal Wow!, detectada en 1977”, aunque hasta el momento no se ha detectado ninguna otra señal de radio más allá de esta absorción.
El científico destacó la importancia de continuar con las observaciones para entender si la producción de hidroxilo es constante o variable y para analizar la estructura y extensión de la cola del cometa, elementos clave para aclarar su naturaleza. A pesar de estas explicaciones, en las redes sociales y programas populares se mantuvieron las especulaciones sobre un posible origen tecnológico, aunque los datos respaldan firmemente que 3I/Atlas es un cometa interestelar que se comporta según las leyes naturales conocidas.
El recorrido del cometa 3I/Atlas
Además, Loeb anticipó que el 16 de marzo de 2026, el cometa pasará a 53 millones de kilómetros de Júpiter, momento en que la nave Juno usará su antena dipolo para buscar nuevas señales en frecuencias entre 40 y 50 megahercios, ampliando así el monitoreo científico.
Este seguimiento no solo busca descartar teorías conspirativas, sino también enriquecer el conocimiento sobre los objetos que llegan desde el espacio interestelar. El próximo encuentro cercano con la Tierra será el 19 de diciembre, cuando el cometa vuelva a ser observado por telescopios y aficionados de todo el mundo.
