Chau pan rallado: el secreto para milanesas sin gluten y súper saludables

Cómo este ingrediente natural simplifica el rebozado y aporta proteínas y fibra. ¿Te animás a probar esta alternativa más sana y sabrosa en tu cocina?

18 de agosto, 2025 | 14.21

Para quienes se complican al preparar milanesas o cualquier plato que requiera un empanado, hay una alternativa que promete simplificar el proceso y darle un toque más saludable a la comida. Se trata de la harina de garbanzo, un ingrediente natural que está ganando terreno en la cocina argentina y en redes sociales entre chefs reconocidos.

Esta harina no contiene ni pan rallado ni avena, los clásicos para empanar, sino que se elabora moliendo garbanzos secos. Además, es libre de gluten, lo que la convierte en una opción ideal para personas celíacas o con sensibilidad al trigo. Pero no solo eso: la harina de garbanzo aporta un alto contenido en proteínas vegetales y fibra dietética, beneficios que no se consiguen con los empanados tradicionales.

Originaria de Turquía y extendida en el sudeste asiático, esta harina se incorporó a la gastronomía europea, especialmente en Italia, Francia y España, y ahora llegó con fuerza a Argentina. Su sabor es suave, ligeramente tostado, y muy versátil para distintos tipos de preparaciones, desde milanesas hasta calamares o rabas rebozadas.

Esta harina genera un empanado con textura crujiente y un color dorado muy atractivo. Además, le aporta un sabor a nuez que realza cualquier plato. Otro punto a favor es que puede reemplazar al huevo en preparaciones como rebozados y tortillas, ideal para quienes buscan opciones veganas o con menos colesterol.

Cómo empanar con harina de garbanzo

El proceso es simple y consta de cuatro pasos:

  • Elegir el alimento: puede ser carne, verduras o tofu.
  • Condimentar la harina con sal, pimienta y otras especias al gusto.
  • Rebozar en seco o mezclando la harina con agua o leche vegetal para hacer una masa.
  • Cocinar al horno, freír o asar a la parrilla, según preferencia.

Un consejo fundamental al freír es mantener el aceite a la temperatura adecuada, alrededor de 180 grados. Si está más frío, la comida absorbe más grasa y queda grasosa; si está más caliente, el rebozado puede quemarse. Así se logra un resultado crocante y ligero.

Para conservar las milanesas, lo mejor es consumirlas el mismo día o al siguiente. Si no, se deben guardar en un recipiente hermético en la heladera, pero no más de tres o cuatro días para mantener su sabor y textura óptimos.

Antes de empezar, es clave asegurarse de que la harina esté bien molida y sin grumos, tamizándola si es necesario. También conviene sazonarla con especias como comino, ajo en polvo, pimentón o pimienta negra para potenciar su sabor natural. Por último, los alimentos deben estar limpios y secos, y cortados en tamaños similares para que la cocción y el empanado sean uniformes.