Desde el corazón de la región de Calabria, en el sur de Italia, llegan los Turdilli, una delicia dulce que combina la textura esponjosa de unos ñoquis fritos con el aroma cítrico de un almíbar de miel.
Esta receta tradicional, transmitida por generaciones, se destaca por su forma característica y su sabor único que conquista cualquier paladar. Te invitamos a descubrir cómo preparar estas bolitas dulces que son protagonistas en las mesas navideñas calabresas pero que podés disfrutar en cualquier ocasión especial.
Ingredientes para la masa
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600 g de harina 000
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1 pizca de sal
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30 g de azúcar
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60 g de levadura fresca
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100 cc de leche
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160 g de aceite neutro
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4 huevos
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2 L de aceite para freír
Ingredientes para el almíbar
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400 cc de agua
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400 g de azúcar
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4 cucharadas de miel
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Piel de 1 naranja
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Piel de 1 limón
Paso a paso para preparar los Turdilli
Preparación de la masa
Empezá formando una corona con la harina en una superficie limpia o en un bol grande. Agregá la pizca de sal alrededor. En el centro, colocá el azúcar y la levadura desgranada. Verté la leche, el aceite y los huevos en el centro, luego mezclá la levadura con los líquidos usando tus dedos. Empezá a incorporar la harina de los bordes gradualmente hasta formar una masa homogénea.
Amasado y leudado
Amasá energéticamente durante al menos 10 minutos hasta obtener una masa tierna, lisa y algo pegajosa, pero que se despegue de las manos. Colocala en un bol aceitado, tapala con un repasador limpio y dejá leudar en lugar cálido hasta que duplique su volumen. Este proceso puede llevar entre 1 y 2 horas dependiendo de la temperatura ambiente.
Formado y fritura
Mientras la masa leuda, prepará el almíbar mezclando en una cacerola el agua, el azúcar, la miel y las pieles de cítricos. Herví durante 5 minutos y reservá. Calentá abundante aceite en una cacerola grande a 170°C. Una vez leudada la masa, tomá porciones pequeñas y formá los turdilli: pellizcá la masa con tres dedos y luego enrollala sobre un mimbre o tenedor ejerciendo presión para crear su forma característica acanalada. Freí los turdilli por tandas en el aceite caliente hasta que doren por completo, luego escurrilos sobre papel absorbente.
Baño final
Sumergí inmediatamente los turdilli fritos y aún calientes en el almíbar preparado, asegurándote de que se impregnen bien por todos lados. Servilos tibios o fríos, espolvoreados con coco rallado o canela si deseás, aunque son deliciosos tal cual.
Secretos para unos Turdilli perfectos
La clave del éxito está en el punto de la masa: debe ser blanda pero manejable. Si te queda muy pegajosa, agregá un poco más de harina, pero con cuidado de no endurecerla demasiado. El aceite de fritura debe estar a temperatura correcta; si está muy caliente se dorarán por fuera pero quedarán crudos por dentro, y si está muy frío absorberán mucho aceite. La técnica del enrollado sobre el mimbre no es solo decorativa: crea superficies irregulares que permiten que el almíbar se adhiera mejor y genera una textura más crujiente.
