La dependencia al celular crece a un ritmo acelerado y silencioso, al punto de convertirse en un problema de salud mental. El fenómeno ya tiene nombre: nomofobia, un trastorno que se caracteriza por el miedo irracional a estar sin el teléfono móvil. Y aunque puede sonar exagerado, cada vez son más las personas, especialmente adolescentes, que muestran señales claras de sufrirlo.
El término fue acuñado en 2009 en el Reino Unido, como abreviación de “no-mobile-phone-phobia”, y define un tipo de ansiedad provocada por no tener acceso al celular. Para muchos, la sola idea de olvidarlo en casa, quedarse sin batería o no tener señal, genera un nivel de malestar significativo.
“La dependencia del dispositivo genera una infundada sensación de incomunicación y un elevado malestar emocional en la persona cuando no puede disponer de él”, explica el psicólogo español Joan Francesc Serra.
El avance de la tecnología y la omnipresencia del celular en la vida cotidiana modificaron profundamente nuestras rutinas. Según diversos estudios, en promedio pasamos más de tres horas al día frente a la pantalla del teléfono. La edad de inicio en su uso también bajó drásticamente: hoy es habitual ver a niños de 2 o 3 años manipulando el celular de sus padres.
Los expertos señalan que esta exposición temprana, sumada a la falta de límites claros en el hogar, actúa como factor de riesgo para futuras adicciones. En ese sentido, la educación digital y el ejemplo familiar resultan fundamentales para prevenir situaciones más graves a futuro.
Sin embargo, Serra advierte que no toda persona que usa mucho el celular es adicta. La nomofobia suele estar asociada a la adicción a ciertas aplicaciones, principalmente redes sociales y servicios de mensajería, que ofrecen recompensas inmediatas y constantes.
“La sobreexposición a las pantallas no es por sí sola causa suficiente de nomofobia. También influyen factores como la baja autoestima, la falta de aceptación personal o la poca tolerancia a la frustración”, sostiene el especialista.
Cuáles son las señales de alarma para saber si tengo nomofobia
Detectar los síntomas a tiempo puede evitar complicaciones mayores. Algunos de los indicadores más frecuentes de nomofobia incluyen:
- Ansiedad o miedo excesivo al no poder usar el celular.
- Conciencia de que ese miedo es irracional, pero sin poder controlarlo.
- Dificultades en la vida cotidiana o en las relaciones personales por el uso del teléfono.
- En adolescentes, también se suelen observar estas conductas:
- Revisar compulsivamente el dispositivo para ver notificaciones.
- Mostrar enojo si no hay conexión o se le restringe el acceso al celular.
- Dormir con el celular debajo de la almohada o en la cama.
- Sentir malestar si no puede chequear el teléfono de forma constante.
- Nerviosismo si alguien no responde un mensaje.
- Llevar cargadores portátiles incluso en salidas breves.
- Insomnio, bajo rendimiento escolar y problemas para disfrutar actividades sin el celular.
- Dificultades de socialización.
Cómo prevenir la nomofobia
La clave está en la prevención y en el uso consciente de la tecnología. Establecer horarios sin pantallas, promover actividades offline y limitar el acceso a dispositivos en la infancia son algunas de las estrategias recomendadas por los especialistas.
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