Ubicada en la provincia de Entre Ríos, a orillas del majestuoso río Paraná y unida a Rosario por el moderno puente Nuestra Señora del Rosario, la ciudad de Victoria se ha consolidado como uno de los destinos turísticos más atractivos del Litoral argentino. Con un equilibrio entre historia, naturaleza y sabores regionales, este rincón entrerriano invita a los visitantes a disfrutar de un entorno sereno y lleno de encanto colonial.
Patrimonio arquitectónico histórico conservado y un entorno natural de película
Uno de los mayores atractivos de Victoria es su arquitectura histórica. Las calles empedradas del casco antiguo conservan casonas de estilo colonial, templos y edificios públicos que remiten al siglo XIX. La Basílica de Nuestra Señora de Aránzazu, inaugurada en 1872, es un emblema de la ciudad, con su imponente fachada neoclásica y sus torres gemelas visibles desde distintos puntos. El Museo de la Ciudad Carlos Anadón, por su parte, permite recorrer la historia local a través de objetos, fotografías y documentos que muestran el desarrollo económico y cultural de la región.
El entorno natural de Victoria también es un motivo central para su creciente popularidad. La zona de islas y bañados ofrece paisajes únicos, ideales para el ecoturismo y la observación de aves. Las excursiones náuticas por el delta entrerriano permiten descubrir una biodiversidad sorprendente, con especies autóctonas, vegetación exuberante y el tranquilo sonido del agua como protagonista. Los amantes de la pesca deportiva encuentran en el río Paraná un escenario ideal para capturar dorados, surubíes y bogas.
El balneario municipal y las playas sobre el arroyo Victoria brindan un espacio perfecto para disfrutar del sol y las actividades acuáticas durante el verano. En tanto, los circuitos rurales y estancias turísticas invitan a conocer la vida de campo, degustar productos locales y participar en cabalgatas o paseos en sulky. Un punto destacado del calendario turístico es el Carnaval de Victoria, uno de los más reconocidos de Entre Ríos. Durante enero y febrero, las comparsas locales llenan las calles de color, música y alegría, atrayendo a miles de visitantes. Otro evento de gran convocatoria es la Fiesta Nacional de la Pesca del Amarillo, que combina competencia deportiva, espectáculos y gastronomía regional.
Una gastronomía que refleja lo mejor de la identidad entrerriana
La gastronomía de Victoria refleja la identidad entrerriana, marcada por la abundancia de productos del río y la tradición del campo. Los platos con pescado fresco, como el dorado a la parrilla, el surubí al horno o las empanadas de boga, son imperdibles. En los restaurantes costeros, los visitantes pueden degustar estas delicias acompañadas por vinos regionales o una cerveza artesanal local.
La influencia del campo también se nota en los sabores típicos: asados criollos, chivitos, pasteles caseros y panificaciones tradicionales. Además, los productores artesanales ofrecen dulces, quesos, embutidos y licores elaborados con técnicas familiares transmitidas de generación en generación. Los mercados locales y ferias de artesanos son lugares ideales para conocer y comprar estos productos directamente de sus creadores.
En los últimos años, Victoria ha desarrollado una oferta gastronómica moderna que combina la cocina tradicional con propuestas gourmet. Cafés, bodegones y restaurantes a orillas del río ofrecen ambientes relajados y vistas inigualables, ideales para disfrutar de un atardecer o una cena romántica. Algunos establecimientos incluso incorporan productos orgánicos y de proximidad, consolidando una tendencia hacia el turismo sustentable.
