La temporada 3 de The White Lotus, ambientada en un exclusivo resort en Tailandia, comenzó como sus antecesoras: un grupo de huéspedes privilegiados llega a pasar una semana de descanso. Pero desde el primer episodio sabíamos que alguien no saldría con vida. Lo que no sabíamos era que, esta vez, no sería solo un cuerpo el que flotaría en el agua.
Con una mirada más espiritual y cargada de crítica social, esta temporada retrató el desmoronamiento de las apariencias, la podredumbre detrás del dinero y las pulsiones humanas que ni el budismo más contemplativo puede contener. A través de personajes que buscan redención, venganza, amor o simplemente sobrevivir, el guion nos llevó hasta un final cargado de tragedia griega y giros inesperados.
¿Quiénes murieron en The White Lotus temporada 3?
El esperado final de temporada no decepcionó en intensidad. En un episodio de 90 minutos, el misterio sobre quién moriría se resolvió de forma brutal: tres personajes perdieron la vida.
El primero fue Jim (Scott Glenn), a quien Rick (Walton Goggins) mata tras confundirlo con el asesino de su padre. El giro trágico: Jim era, en realidad, su verdadero padre. La escena es impactante, no solo por la revelación, sino por cómo Rick, en un estado alterado y sin poder acceder a un espacio de contención espiritual con Amrita, termina explotando.
La segunda víctima es Chelsea (Aimee Lou Wood), novia de Rick. Una bala perdida la alcanza en medio del tiroteo desatado tras el asesinato de Jim. Su muerte, según Mike White, creador de la serie, responde a una lógica trágica: el amor se sacrifica en medio del deseo de justicia mal encauzado.
La tercera muerte es la del propio Rick, asesinado por la espalda por Gaitok (Tayme Thapthimthong), quien rompe con sus principios budistas para vengar a su patrón y conseguir su ascenso como chofer guardaespaldas de Sritala (Lek Patravadi). Una decisión que plantea un fuerte dilema moral sobre la traición a la fe y el precio del poder.
El cierre también dejó consecuencias no mortales pero igual de demoledoras: Belinda (Natasha Rothwell) acepta cinco millones de dólares para guardar silencio, traicionando a Pornchai y su sueño compartido, repitiendo un patrón de injusticia que ella misma sufrió en la temporada uno. Y los Ratliff, aunque sobreviven, enfrentan la bancarrota y un futuro incierto. El intento de suicidio colectivo por parte de Timothy (Jason Isaacs) fue frenado, pero dejó claro que la desesperación no distingue clases.