El próximo 8 de abril, Florencia Hana Ciliberti presentará su ópera prima Otras formas en el Cinépolis Plaza Houssay en el marco de BAFICI, un proyecto que refleja una década de investigación y creación en torno a una escena artística que fue, durante mucho tiempo, subestimada. La trilogía Otras Formas comenzó en 2015, cuando Ciliberti percibió un fenómeno fascinante: artistas visuales que también hacían música, pero cuyos proyectos musicales permanecían en las sombras, alejados de la visibilidad pública que sus obras plásticas alcanzaban.
Decidida a visibilizar este cruce entre disciplinas, Ciliberti no solo compiló sus canciones, sino que también fundó un sello discográfico en 2017 para dar espacio a esas producciones, reconociendo el valor del arte musical más allá de los límites convencionales. A lo largo de estos años, su proyecto creció y se diversificó, y ahora, con Otras formas, busca desentrañar de forma audiovisual las historias no contadas de estos artistas que, sin buscar la fama o el reconocimiento, exploraron el arte de manera profunda y honesta.
Cuándo surge este concepto que empezaste a trabajar hace 10 años y al qué nombraste como "Otras formas".
- Yo lo llamo la trilogía Otras Formas. Fue en 2015 cuando empecé a notar que había artistas plásticos, artistas visuales, que tenían proyectos musicales, pero todo era como de alguna manera subterráneo. Yo, investigando, me enteraba de esto, pero muchos de estos artistas ni siquiera sabían que sus colegas hacían música. A mí eso me llamó la atención porque incluso charlando con ellos, no lo mostraban o lo hacían tímidamente. En algunos casos, algunos sentían que había una visión conservadora en el mundo del arte.
¿Como si hacer música estuviera de alguna manera separado del arte plástico?
- Exacto. O sí podías hacerlo, pero no se consideraba tan serio. Como que si hacías música, no se le daba el mismo peso que a una obra visual que estaba en su taller. No es que no pudieras hacerlo, pero no se sentía con el mismo compromiso, como si fuera algo menor. Y eso me parecía importante, porque el valor de la obra siempre depende de cómo el artista decide que lo es, independientemente de si tiene un lugar en el mercado o en la escena institucional.
A pesar de esto, vos decidiste compilar toda esa música. ¿Cómo surgió esa idea?
- En 2016, decidí reunir todas esas músicas grabadas. Esas canciones implicaban un compromiso con el lenguaje musical. Creo en lo efímero del show en vivo, pero en ese caso me parecía realmente importante, porque había un deseo y un compromiso real en esa realización. Así que decidí hacer un disco compilado que se presentó en el Museo Moderno en 2016. Para conseguir esas músicas, empecé a encontrarme con todos estos artistas y las charlas fueron tan hermosas que después pensé en que sería genial relatar sus historias.
¿Y cómo surgió la idea de fundar un sello discográfico?
- Cuando descubrí tanta música y vi que no había un sello discográfico que visibilizara todo eso, decidí fundar "Otras Formas". Quería recuperar la música del pasado y también mostrar la música contemporánea de estos artistas. Me contacté con Sony para digitalizar lo que tenían en cinta y de ahí hicimos una revisión del 50 aniversario de El Gusanito en persona, de Jorge La Vega. Este fue el lanzamiento del sello en 2017.
¿Cuándo decidiste transformar todo esto en un libro y una película?
- El libro surgió casi por casualidad, después de tantos encuentros con los artistas, cuando me mostraban sus discos rígidos con las músicas que habían hecho. Me di cuenta de que había una historia no contada, y me parecía tan importante resaltar el valor de hacer algo sin buscar el reconocimiento ajeno. Eso es lo que hace a un artista: el deseo puro de crear, sin pensar si va a ser reconocido o no. La necesidad de expresarse es lo más importante, y esa es la base del trabajo que hice.
La película surgió porque, al empezar a ver todos esos registros, me di cuenta de que había muchos videoclips, registros de shows en vivo y de cosas que nadie había visto. La idea era darle visibilidad a toda esta escena. Algunos de estos artistas eran muy jóvenes, y yo no los conocía ni siquiera por su faceta artística. El documental tiene muchas capas. Es una voz coral de contracultura, donde muchos artistas hablan de la libertad de hacer lo que desean. Es una especie de contradicción constante, que es muy rica porque muestra la variedad de pensamientos.
¿Por qué creés que es tan difícil para un artista visual que hace música ser reconocido por su faceta musical?
- Es interesante porque estos artistas tienen mucha trayectoria en el mundo del arte, pero el reconocimiento de su música no se da porque todo su trabajo está centrado en lo visual. La mayoría de los artistas visuales no buscan triunfar en la música, aunque algunos sí lo han logrado. Hay una cuestión de cómo focalizás tu trabajo. En la música, por ejemplo, no todos los músicos reciben el reconocimiento que merecen, incluso si son buenos. El arte plástico y la música son dos mundos diferentes, y hay muchas excepciones. Algunos artistas visuales, como Roberto Jacobi y Eduardo Costa, sí han tenido éxito en la música con proyectos como Virus. La suerte también juega un rol importante. En mi caso, yo no busqué que me reconocieran en el mundo de la música; simplemente lo hice porque me apasionaba. Creo que esa es la clave: hacer lo que realmente te importa, independientemente de lo que piensen los demás.
¿Cómo ves el futuro de este movimiento?
- Para mí es muy importante que estas otras formas de hacer arte se sigan visibilizando. Ya hay artistas que han empezado a hacer su primer trabajo en Otras Formas y eso me hace sentir que de alguna manera influí en esta escena. Yo le di el lugar que se merece, sin pedir permiso, porque eso es lo que implica este movimiento: darles un espacio a los artistas para que puedan ser ellos mismos.
Florencia Hana Ciliberti: "Otras Formas va a seguir mutando"
¿Cómo fue tu experiencia con la producción de la película y la colaboración con las productoras?
- En cuanto a la película, me apoyaron las productoras Crack y Poster, que se dedican a lo audiovisual. Poster ha trabajado con artistas como Lali, y fue un proceso muy lindo porque pudimos visibilizar una escena que existe, pero que muy pocos conocen. Incluso dentro del mundo del arte, muchos artistas no conocen a estos músicos y sus proyectos. Fue muy hermoso darles espacio a esos artistas que merecen ser vistos.
En el documental, mencionás que viviste un hit musical (Parque de diversiones, 2006), pero ya eras una artista multifacética. ¿Cómo viviste ese momento?
- Sí, en ese disco, Parque Diversiones, me acuerdo de hacer una conferencia de prensa en una galería que me representaba, Sonoridad Amarilla. Ahí conocí a Roberto Jacobo, y Daniel Melero que produjo un disco anterior. Pero en ese momento, muchas personas que me entrevistaban no sabían que también era artista plástica, me veían como algo distinto. Yo mostraba lo que hacía y no me importaba que la gente no entendiera todo lo que yo estaba haciendo en ese momento. En esa galería, por ejemplo, cantaba mis canciones entre mis pinturas. Fue una etapa maravillosa de mi vida.
En ese período, mencionás que te enojaste un poco con el mundo de la música. ¿Por qué?
- Sí, me enojé porque en ese momento no había una visibilidad para las mujeres en la música. Por ejemplo, en los festivales, las mujeres siempre eran una excepción, y los premios Gardel, aunque los gané, no fueron reflejados de la misma manera que los premios a los hombres. Recuerdo cuando Coldplay vino a Argentina, y me eligieron a mí para abrir sus conciertos. Fue un momento muy significativo porque fue un ejemplo de cómo la industria estaba comenzando a cambiar.
¿Te sentiste un poco invisibilizada en ese contexto?
- Claro, todo el tiempo. Me gané premios importantes, pero no había un reconocimiento igualitario en los medios. Nadie lo contó como algo relevante. De hecho, estuve en el Vive Latino de México, fui la primera mujer solista y argentina en hacerlo, y eso no era noticia. Lo que yo hacía como artista, no siempre recibía la visibilidad que merecía.
¿En qué estás trabajando actualmente?
- Estoy componiendo un nuevo disco. Mi último trabajo fue en 2021, pero ahora estoy trabajando en algo completamente nuevo. Siempre me gusta experimentar con los sonidos y, aunque mi música puede tener elementos electrónicos, lo que realmente me interesa es crear algo que no suene como lo esperado. Estoy buscando nuevos sonidos, nuevas texturas.
¿Este nuevo disco tendrá algo que ver con Otras formas?
- Aún no sé si será un disco completamente en esa línea, pero siempre hay algo de Otras formas en mi música. No puedo evitarlo. En cuanto a mi estilo, me divierte experimentar con ruidos, sonidos alterados y darles una nueva forma. Me fascina el proceso de creación porque, al final, es como saltar de un paracaídas: nunca sabés exactamente cómo va a sonar.
¿Y cómo ves el futuro de Otras formas?
- Creo que Otras formas va a seguir mutando. La trilogía ya está formada con el disco, el libro y la película, pero no creo que se quede ahí. Es un proyecto que siempre estará cambiando. De hecho, ya dejé de hacer ciclos musicales porque creo que ya hay algo naturalizado. Siento que lo más importante que quería hacer con Otras formas ya está hecho.