Robbie Williams no solo es uno de los cantantes más influyentes de las últimas tres décadas, es también uno de los personajes más complejos y fascinantes de la cultura pop británica. A los 51 años —nació el 13 de febrero de 1974 en Stoke-on-Trent—, el ex Take That encadena una vida atravesada por éxitos globales, polémicas, recaídas y renacimientos públicos.
Si su carrera fue una montaña rusa, su vida personal no se quedó atrás. Hoy, lejos del caos de sus primeros años como solista, Williams se asume esposo dedicado y padre de cuatro, un cambio radical que él mismo atribuye a una sola persona: Ayda Field, la actriz estadounidense que conoció en 2006 y con la que se casó en 2010.
De Take That a la cima (y al abismo)
Williams entró a la industria musical como parte de Take That, el fenómeno pop fundado en 1990 que arrasó en Reino Unido y contagió al resto del mundo. Sin embargo, puertas adentro la convivencia era otra historia: él chocaba con sus compañeros, no encajaba del todo en la imagen del grupo y las tensiones lo llevaron a abandonar el quinteto en 1995. En el último álbum, Nobody Else, sus participaciones quedaron fuera.
Luego de la salida, su vida se volvió más visible y más desprolija. Adicciones al alcohol y las drogas, un look deteriorado y una estancia en rehabilitación marcaron el punto más bajo… pero también el inicio de su reinvención.
En 1996 lanzó Freedom ’96 y, un año después, Old Before I Die. Ambos llegaron al puesto 2 en Reino Unido. Pero el verdadero giro llegó con Angels, incluida en Life Thru a Lens, que permaneció 28 semanas en el número uno y redefinió su carrera.
Una seguidilla de éxitos y polémicas
El boom continuó con I’ve Been Expecting You (1998), impulsado por Strong, Millennium y No Regrets, tema dedicado a sus antiguos compañeros de Take That. En 1999 grabó junto a Tom Jones y lanzó The Ego Has Landed. Luego vino Sing When You’re Winning (2000), con el escandaloso Rock DJ, que fue prohibido su videoclip en países musulmanes por su contenido explícito.
Los años siguientes estuvieron marcados por discos exitosos como Swing When You’re Winning (2001), Escapology (2002), su histórico concierto en Knebworth (2003), Greatest Hits (2004), Intensive Care (2005) y Reality Killed the Video Star (2009). En 2010 protagonizó un regreso épico al unirse nuevamente a Take That para el álbum Progress.
Su etapa de madurez artística llegó con Take the Crown (2012), Swings Both Ways (2013) y múltiples giras registradas en vivo.
Ayda Field: la mujer que le cambió la vida
El chico rebelde de los 90 encontró calma en ella. La pareja se casó en agosto de 2010 en la mansión de Beverly Hills que Williams tenía en Mulholland Estates. La boda fue todo menos tradicional: ocho perros como “damas de honor”, invitados coreando Angels y un vestido de tafetán diseñado por Monique Lhuillier.
“Nos hacemos reír más que nadie. La risa es nuestro lenguaje del amor”, aseguró Field en una entrevista reciente. Su esposo coincidió: “Soy el hombre más feliz del mundo”.
Antes de ella, su relación más seria había sido con Nicole Appleton, de All Saints, con quien estuvo comprometido dos veces. También tuvo un romance con Geri Halliwell.
Padre, marido y un nuevo desafío de vida
El matrimonio tiene cuatro hijos:
- Theodora “Teddy” Rose (12).
- Charlton “Charlie” (10).
- Colette “Coco” (7).
- Beau (5).
La paternidad lo transformó por completo. “Pensaba que no iba a casarme ni tener hijos. Pero me enamoré y cambió todo”, contó en la BBC.
En 2018 reveló que sufrió un episodio neurológico que lo obligó a detener una gira: entumecimiento, dificultad para respirar y un diagnóstico inicial que sugería una posible hemorragia cerebral. Luego de meses de reposo, volvió a los escenarios, aunque admitió que la lucha continúa día a día.
En paralelo, enfrenta otro golpe: “Mi madre tiene demencia y mi padre sufre Parkinson”, confesó hace pocos días. “Estoy atravesando una fase distinta de mi vida”.
Hoy, la familia vive en The Faring Estate, una mansión de 47 millones de euros ubicada en Holmby Hills, uno de los barrios más exclusivos de Los Ángeles.
