Final explicado de "El secreto de sus ojos", la película argentina

Todo sobre el desenlace de "El secreto de sus ojos". Final explicado de la película argentina ganadora del Premio Oscar.

18 de julio, 2025 | 10.57

Estrenada en 2009, dirigida por Juan José Campanella y protagonizada por Ricardo Darín y Soledad Villamil, El secreto de sus ojos es una obra maestra que conquistó el Premio Oscar a Mejor Película Extranjera en 2010, consolidando su lugar en la historia del séptimo arte. Con una trama que combina misterio, drama, amor y justicia, el film se convirtió en un referente mundial del thriller judicial y en una de las producciones más icónicas de Argentina.

Ahora bien, uno de los aspectos que más intriga genera entre los espectadores es su impactante desenlace. ¿Qué pasó realmente con Isidoro Gómez, el asesino que desata toda la historia? A continuación te explicamos el final de El secreto de sus ojos.

Final explicado de "El secreto de sus ojos", la película argentina

Después de décadas sin resolver el crimen de Liliana Colotto (Carla Quevedo), Benjamín Espósito (Ricardo Darín), ya retirado, vuelve a investigar el caso. Durante su búsqueda, descubre que el principal sospechoso, Isidoro Gómez (Javier Godino), había sido liberado pese a la evidencia en su contra. Años después, Espósito visita a Ricardo Morales (Pablo Rago), viudo de Liliana, para saber cómo logró seguir adelante tras la injusticia. Morales, aparentemente resignado, le confiesa que mató al asesino.

El secreto de sus ojos es ganadora del Premio Oscar a Mejor Película Extranjera.

Pero la verdad es mucho más oscura. Cuando Espósito se marcha, recuerda que Morales había dicho que nunca le daría a Gómez una “muerte fácil”. Intrigado, regresa a la casa y se encuentra con una escena escalofriante: Gómez lleva 25 años encerrado en una celda improvisada, sin contacto humano, condenado a vivir en soledad absoluta. El asesino le suplica a Espósito que le hable, pero Morales se mantiene en silencio, dejando claro que su castigo será eterno.

Morales no es un simple vengador. Es un hombre destruido por la pérdida y la falta de justicia. El sistema liberó al asesino de su esposa, y él decidió imponer su propia ley: una condena perpetua real, aunque fuera fuera de la ley. No se trata solo de venganza, sino de asegurar que Gómez pague por el crimen de la única forma que Morales considera justa.

Impactado por lo que ve, Espósito no lo denuncia ni interviene. Comprende que Morales encontró su manera de hacer justicia, y decide guardar silencio. Ese momento marca su propia transformación: deja de ser un espectador y asume que la justicia no siempre llega por caminos legales.

Finalmente, Espósito visita la tumba de su amigo Sandoval, cerrando una herida del pasado, y se dirige al despacho de Irene, la mujer que siempre amó. Tras años de distancia, se atreve a dar el primer paso. Irene lo recibe con un simple pero significativo: “Cerrá la puerta”, sugiriendo que, al fin, su historia puede comenzar.