Así como pasa en el cine, en el teatro también hay obras que se convierten en piezas de culto. Tarascones, cuya primera representación en escenarios fue en el Teatro Nacional Cervantes durante el 2016, es una de ellas: la historia sigue a cuatro señoras paquetas de clase alta que se reúnen en casa de una de ellas -Raquel- para jugar a la canasta, tomar el té con masas y resolver un crimen atroz que las tiene convulsionadas. Hábiles practicantes del verdugueo, estas cuatro fieras se despedazan para la diversión de la platea, en poco más de una hora.
Tarascones, obra escrita por Gonzalo Demaría y dirigida por Ciro Zorzoli está pronta a culminar su 9ª temporada de funciones, ahora en el teatro Metropolitan de la Avenida Corrientes. “Nos volvimos adictas a hacerla. Con las chicas decimos que somos como Los Chalchaleros porque siempre volvemos”, revela Susana Pampín, actriz de destacada trayectoria, sobre el brillante trabajo junto a Paola Barrientos, Alejandra Flechner y Eugenia Guerty en la comedia que propone una finísima lectura de las miserias de los "argentinas de bien".
En diálogo con El Destape, Susana Pampín reflexiona sobre su presente exitoso en el teatro y en la televisión -la actriz es parte del elenco de la serie de Netflix Envidiosa- en medio de un escenario crítico para los artistas argentinos.
Pasan los Gobiernos y sigue Tarascones...
- Y lamentablemente la obra está cada vez más actual, porque cuando empezamos a hacerla todo lo que estas cuatro chetas chotas dicen y escupen era algo que estaba más guardado, era el "lo pienso pero no lo digo", y ahora eso se convirtió en el lenguaje oficial. Entonces, tristemente, cada vez cobra más actualidad y es impactante lo que se resignifican un montón de palabras que dicen los personajes.
¿Por ejemplo?
- En un momento de la obra mi Raquel habla de “la libertad”... pensá el sentido que tuvo ese parlamento cuando nos enteramos que había ganado Javier Milei las elecciones presidenciales.
¿Cómo fue tu proceso creativo para encontrar a Raquel?
- Debo confesar que Amalita Lacroze de Fortabat fue una inspiración para crear a Raquel. Me basé en ella para crear a esta "monstrua" tan particular. Fue impresionante cuando me vi por primera vez con la peluca rubia y el vestuario porque no sabía quién era ese ser que tenía del otro lado. Y la figura de Amalita fue un buen punto de apoyo para empezar a imaginar a Raquel. En los primeros ensayos probamos un montón de cosas: meternos algodones en la boca, usar vestidos encorsetados, las uñas muy pintadas, exageramos todo.
Del éxito de Tarascones saltaste al éxito de Envidiosa, serie de Netflix con Griselda Siciliani. ¿Cómo vivís esta popularidad?
- Con mucha sorpresa y agradecimiento. Tengo un laburo al que voy feliz porque es con gente que quiero, respeto y me da alegría, pero no es algo que le pasa a la mayor parte de los argentinos ni de los actores… cada vez estamos peor y mi situación actual es un privilegio, soy una de las pocas actrices que está pudiendo vivir de su oficio.
Después están las situaciones que jamás hubiera pensado que me iban a pasar a esta altura de mi carrera, como el otro día que se me acercó una señora y me dio un beso de la nada porque “me había visto en Envidiosa”. Es un reconocimiento muy lindo respecto del personaje.
Teresa, la mamá de Vicky de Envidiosa, es una madre muy moderna…
- Sí, y al mismo tiempo su hija -interpretada por Griselda- actúa como la sociedad le dice -”hay que casarse, tener un marido con un auto y que tenga plata”- y no como ella le enseñó. Un día, después del estreno de la serie, se me acercó un camarógrafo en una marcha y me contó que sus hijas estaban muy preocupadas por estos temas si bien él como papá nunca les impuso ningún mandato. Es la sociedad neoliberal… si tenés plata sos alguien, si no tenés plata no sos nadie. Es muy triste.
¿Estás filmando la tercera temporada de Envidiosa?
- Sí.
¿Se va a hacer la cuarta temporada?
- Sí, en eso estamos. No puedo adelantar nada de lo que va a pasar con mi personaje pero sí te digo que sigue lidiando con sus hijas, con sus vínculos…
¿Aparece un nuevo amor en su vida?
- Puede que sí...
La repercusión de la serie fue tal que hasta te hiciste viral por un video junto a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. ¿En qué contexto fue ese cruce?
- Soy docente de la Universidad Nacional de las Artes en Artes Dramáticas -hice todos mis estudios en la educación pública y gracias a ella- y ese encuentro con Cristina se dio en el marco de los 10 años desde que el IUNA pasó a ser UNA. La verdad es que cuando tomé la palabra para hablar no creía que no me fuera a conocer, aunque me habían advertido que era cinéfila. La cuestión es que me presento, le digo que había sido la mamá de Peter Lanzani en Argentina, 1985 y ahí fue que ella reaccionó con un “yo a vos te conozco. Vos sos la mamá de Envidiosa”. Fue una escena inolvidable de mi vida.
La última. En tus créditos como actriz figura la película Silvia Prieto, emblema del cine argentino. Sé que te unió un vínculo fuerte a Rosario Bléfari, ¿cómo se conocieron?
- En mi último año en la Escuela Nacional de Arte Dramático, Rosario estaba con Vivi Tellas haciendo la obra El esfuerzo del destino y fui a verla y me rompió la cabeza. Yo en ese momento salía con un periodista de rock y empezamos a ir a verla a conciertos de Suárez. Verla a ella en el escenario era una magia absoluta, lo fue siempre, y nos terminamos haciendo amigas. Ella era una persona re volada, en el sentido de que era una artista que comprendía que el arte no era simplemente pintar un cuadro o hacer una obra sino que hay una mirada artística más allá. La mirada del artista es una mirada curiosa sobre el mundo y ella tenía eso.
Con Rosario hicimos dos shows científicos, Somos nuestro cerebro y Somos nuestros genes, que eran multimedia y totalmente vanguardistas. Rosario es una persona a la que yo amo, extraño y la tengo siempre presente en mi corazón.
Tarascones se despide con su novena temporada este domingo a las 16 horas en el teatro Metropolitan (Avenida Corrientes 1343, CABA). Entradas en venta por Plateanet o en boletería del teatro.