Agustín Canapino, de "remarla" a figura del TC: "Mi viejo no quería que corriera"

Agustín Canapino, figura del automovilismo argentino, habló de todos los temas en exclusiva con El Destape. Sus inicios, los títulos en el TC, la importancia de su papá Alberto, la experiencia en la IndyCar, su día a día y el furor por Franco Colapinto en la Fórmula 1.

04 de junio, 2025 | 00.05

Agustín Canapino, una de las figuras del automovilismo argentino, principalmente en el TC irá por su quinta corona en la categoría más popular a nivel nacional. Con un recorrido sobre su trabajo y su vida, en se refirió a sus inicios en este deporte, la importancia de su padre fallecido Alberto Canapino, el furor por Franco Colapinto en la Fórmula 1, la experiencia en la IndyCar de Estados Unidos, los nuevos coches del Turismo Carretera y cómo es el día a día de un piloto profesional.

En charla con El Destape el oriundo de Arrecifes (Provincia de Buenos Aires) valoró el trabajo realizado por el equipo Axion Energy Sport, aunque al mismo tiempo sostuvo que no tuvo suerte en las primeras carreras del TC en el 2025. Además de dicho torneo, el "Cabezón" participa actualmente en el Turismo Carretera 2000 y en el TC Pick Up, donde tiene altas expectativas también por pelear el trofeo hasta el final de ambos certámenes.

 

Agustín Canapino habló de todo, en exclusiva con El Destape

- ¿Cómo fueron tus inicios en el automovilismo? No empezaste en los kartings como empiezan la mayoría sino en el simulador, un símbolo de esta época. ¿Cómo fue eso?

- Arranqué de grande, no pude hacer kartings como hacen la mayoría de los pilotos. Recién a los 15 años empecé en la Copa Megane, una categoría promocional que en aquel momento acompañaba al TC2000. De tanto insistirle a mi viejo de que quería correr, logré convencerlo de que me diera aunque fuera una chance. Ahí empezó todo porque en esa prueba me fue bien. Empecé a correr una carrera, otra... Cuando me quise acordar, había ganado una carrera. En el 2007, en mi último año de la secundaria, fue la única vez que hice la Copa Megane completa y fui campeón. Para el 2008 me fui a trabajar al taller de mi viejo en Morón, no pensaba en correr, pensaba en trabajar en el automovilismo.

A mí me encanta todo lo que es la parte de diseño, había empezado con eso, tuve la oportunidad de correr algunas carreras en el TC Pista y terminé saliendo campeón del TC Pista ese año. Todo así sin esperarlo, muy loco, de un día para el otro. Para el 2009 ya estaba en el TC y arranqué también en el Top Race, pude ser campeón de las dos categorías cuando cinco años atrás ni siquiera pensaba en correrlas. Fue todo muy de un día para el otro, siempre motivado por la pasión y la dedicación. Era lo único que me mantenía con ganas porque no tenía la chance de correr, me descargaba con los simuladores, mirando carreras, tratando de estar consumiendo automovilismo porque es lo que me apasiona. Así que fue una historia sin esperanzas, pero que se terminó dando por aprovechar las oportunidades y por ponerle mucha pasión.

 - Me imagino que tu padre Alberto Canapino habrá sido importante para tus comienzos, ya que además de tu papá fue uno de los mejores en lo suyo... Un crack como preparador.

- Justamente ese era el problema, mi viejo no quería que corriera sino que estudiara, por eso no corría. Mi viejo estaba separado, fue una historia media complicada, yo lo veía muy poco y casi no tenía relación con mi papá. Fue una chance, después me empecé a destacar y ahí se convenció a darme una mano, ahí me empieza a apoyar porque se dio cuenta de la dedicación arriba de un auto de carreras. El gran trabajo fue intentar convencer a él y, al mismo tiempo, ya entre los 15 y los 18 años, que fue cuando pasó todo esto, fue la primera vez que empecé a tener una relación con él. Fue un gran cambio en mi vida porque tenía una relación con mi viejo y, al mismo tiempo, estaba empezando a cumplir mi gran sueño.

Agustín Canapino con su padre Alberto, una gran dupla de la historia del TC.

- Conseguiste lo que nadie logró en la historia, que fue ser campeón del TC con 20 años en 2010. ¿Recordás aquella definición para el infarto con Mariano Werner? Tuviste que ganar la última carrera para salir campeón...

- Fue muy loco todo porque éramos los dos muy jóvenes, de hecho parece mentira pero hoy, 15 años después. con Mariano seguimos siendo grandes rivales. Lo éramos en aquella época también. Sí, se dio sin esperarlo porque también, en una categoría tan importante y tan difícil. No esperaba ser campeón en toda una vida. Imaginate a los 20 años... Así que se terminó dando, fui evolucionando mucho esa temporada, apenas tenía 20 años y me tocaba correr contra las grandes figuras de aquel momento. (Guillermo) Ortelli, (Christian) Ledesma, (Norberto) Fontana, Matías Rossi... Todos pilotos que estaban en su plenitud. Y pude terminar ganando un campeonato de una manera increíble porque en las últimas cinco carreras, en la Copa de Oro, que es donde se define el campeonato, pude terminar dos veces cuarto, una vez tercero y una vez primero. O sea, una regularidad que nunca más me volvió a pasar. Ni siquiera cuando gané los otros tres campeonatos tuve esa contundencia que tuve a los 20 años, creo que también me ayudó la inconsciencia y la inocencia de los 20 años. De poder hacer maniobras, vueltas rápidas o carreras que, como era todo tan rápido para mí, me dedicaba simplemente a dar lo mejor y nada más. No tenía tantas presiones. Creo que esa inconsciencia de los 20 años me permitió hacer algo milagroso, que fue ser campeón ese año.

- ¿Hay tiempo para mirar para atrás y valorar lo conseguido? Me imagino que un deportista de elite siempre quiere mirar para adelante para ir por más, ¿pero a veces decís ´che, mirá lo que conseguí a tan corta edad´?

- Por un lado, trato de valorarlo mucho porque me costó todo un montón, siempre fui remándola en todo momento, entonces eso lo valoro muchísimo. Y también en los momentos en los que estás bajoneado, que no estás en una buena racha, porque el deporte es así, muy dinámico, sobre todo en esta actividad. Agradecer lo que tocó y lo que me toca vivir, tener la posibilidad de haber ganado todos esos campeonatos y de haber estado tantos años en el máximo nivel del automovilismo, pero al mismo tiempo la mayoría somos parecidos: quiero ganar lo que me viene y me importa lo que viene. No pierdo tiempo mirando qué hice o dejé de hacer, trato de estar siempre aprendiendo, en constante aprendizaje, porque uno nunca deja de aprender. Este año estoy en el Turismo Carretera, en el TC Pick Up y en el Turismo Carretera 2000 junto al equipo Axion Energy, así que tengo tres desafíos importantes. Cada uno de distinta manera, en distintos equipos, y para mí son todos importantísimos porque cada vez que me subo a un auto de carreras quiero ganar. Mi concentración y mi cabeza en el 98% del tiempo está puesta en lo que viene. Cuando tenga un tiempito o estoy medio bajón, agradecer por lo que logré.

Agustín Canapino habló de todo, en exclusiva con El Destape.

- Chevrolet no pasa un buen momento, hay hinchas molestos porque hace mucho que no sale campeón del TC. ¿Te tenés fe para cortar esa racha este año?

- Espero pelear, para eso estamos trabajando. Siempre es muy difícil, impredecible, nunca se sabe quién puede ganar. Esa es la magia del Turismo Carretera, que siempre es muy difícil, muy competitivo, y nunca se sabe quién puede ganar. Es cierto que hace mucho que Chevrolet no sale campeón, de hecho fui el último, así que esperemos tener una chance este año. En el TC, hasta que no se baja la bandera en la última carrera, todo puede suceder. Hay sobradas muestras de lo impredecible que es esta carrera, así que tengo fe en que lo vamos a poder pelear.

Estamos muy bien, vengo con algo de mala fortuna, con algunos problemas de confiabilidad, pero en la última carrera venía tercero con buenas chances de pelear por la victoria. Estamos siempre ahí, somos el mejor Camaro de la categoría casi siempre. Confío en que podemos solucionar esos problemas que estamos teniendo, mejor que nos pase ahora, y que en la última parte del año podamos ser contundentes. Sobre todo en las últimas cinco, que es donde se define el campeonato. Ahí es donde el margen de error tiene que ser cero. Me pasó en 2021 y 2022, que en las primeras diez fechas gané la general con holgura y después fallamos en la Copa de Oro, otros rivales aparecieron con mucho potencial y no pude ganar ninguno de los dos campeonatos. Asi es el TC, nunca se define hasta que termine.

Mano a mano de Agustín Canapino en la entrevista con El Destape.

- ¿Qué opinás de los nuevos autos del TC? ¿Te gustó el cambio?

- Creo que fue un gran acierto y los resultados están a la vista. El cambio en algún momento tenía que llegar. Está claro que todavía está en un proceso porque todavía seguimos teniendo los motores a carburador, ahora falta que vengan los motores a inyección. La categoría está en ese proceso, tratando de que para el 2027 lleguen. Que podamos tener un auto de última generación, con una carrocería de último modelo y ultradeportiva como es un Camaro y un Mustang por ejemplo, entre otros. Y poder tener motores bien potentes de última generación, a inyección. Manteniendo el sonido y el motor, con los seis cilindros en línea. Si bien no son los motores que usan estos autos en la calle, sí son los motores del TC que hacen el mejor sonido que puede haber. Es un sonido fabuloso. Creo que es un gran acierto esta mística de no perder los seis cilindros en línea. En algún momento tenía que llegar y llegó con creces, cuando ves hoy un Turismo Carretera es un auto imponente, realmente lindo de ver y muy difícil de manejar.

- Te llevo un poquito a la IndyCar. ¿Cómo fue esa experiencia? Y hubo rumores estas semanas de un posible regreso, no inmediato pero sí a corto o mediano plazo. ¿Es cierto o simplemente son rumores infundados? Hacé un repaso de tu experiencia en Estados Unidos, en esa categoría muy complicada.

- Para mí fue todo muy utópico... Haber podido correr en una categoría como el IndyCar, haberlo podido hacer durante un año y medio. Lo he hecho bien, con buenos resultados, algunos parciales muy buenos. Estar en un equipo muy bueno, en crecimiento, en un equipo joven que intenta hacerse paso en una categoría tan difícil. Fue todo fabuloso, increíble, y sobre todo que terminé siendo muy competitivo. En las últimas dos carreras estuve décimo en ambas clasificaciones, en algunas carreras por delante de Romain Grosjean, un piloto de F1 de muchos años, estándole muy cerca siempre... Así que para mí fue todo increíble. Faltó un poquito de suerte para poder lograr ese resultado, ese top 5 del que estuve cerca de lograr algunas veces. Pero estoy feliz por todo lo que sucedió, por lo que aprendí sobre todo. Soy un agradecido a la vida y, sobre todo, a Ricardo Juncos, que me dio esa posibilidad.  Con respecto a la vuelta no, cero... Ahora estoy concentrado en Argentina, mi futuro está en Argentina, veo muy difícil que vuelva a tener otra chance allá. Porque aparte, por más que haya chances o aparezcan oportunidades, es complicado volver a hacerlo, sobre todo por cómo quiero hacerlo yo. Si lo hago es para intentar ganar, estar en un equipo que me permita ganar carreras, pelear campeonatos, y eso es muy difícil que suceda. Entonces, mi cabeza está puesta en Argentina con las tres categorías. Estoy metido 100% en eso, es lo que tengo y es lo que proyecto por ahora".

- Te pregunto por el piloto argentino del momento, Colapinto. ¿Hablaste con él, lo conocés, qué pensás de cómo le puede llegar a ir, de las carreras que tuvo hasta ahora tanto en Williams como en Alpine? ¿En algún momento soñaste con la F1, pensaste que podías llegar, o siempre te resultó imposible?

- Franco es la ilusión del automovilismo argentino. Cuando se sienta a ver una carrera de la Fórmula 1, y yo soy fanático desde toda la vida, verlo con un argentino adentro es increíble. Te hace sentir sensaciones, emociones, que son muy difíciles de explicar. Ojalá que tengamos por muchísimos años a Franco y que algún día pueda estar peleando por carreras y campeonatos. Sería una locura total, sobre todo por lo que se ha generado por él en el país". No lo conozco, le mandé mensajes cuando sucedió todo esto, no tuve la suerte de conocerlo, me respondió muy amablemente. Él obviamente es de otra generación, es mucho más chico que yo, pero es un honor y un placer que tengamos a un piloto argentino en la F1 y le deseo lo mejor. Como lo puse el otro día, cuando se accidentó: dándole el apoyo, sobre todo en las malas, porque en las malas es donde hay que estar. En las buenas siempre están todos los amigos del campeón, lo difícil es estar en las malas. A él le toca hacer un trabajo muy difícil y competir en esos autos, a ese nivel, así que yo lo admiro mucho y le deseo lo mejor.

Agustín Canapino habló de todo, en exclusiva con El Destape.

- ¿Alguna vez te viste con posibilidades de llegar a la F1 cuando empezaste?

- ¡No, no! Lo mío fue todo remo, acá era todo a base de esfuerzo y sueños. Fue de un día para el otro, de grande, en Argentina, lo que me tocó fue correr en Argentina y para mí fue la Fórmula 1. Para mí fue nunca estuvo la chance económica de probar suerte en otro lado. Todo me surgió de un día para el otro acá en Argentina y para mí ya fue un montón todo lo que me tocó hacer.

- ¿Cómo es tu vida fuera de la pista, cuando bajás las revoluciones? ¿Estás con tu familia, con tus seres queridos, ponés la cabeza en otro lado o respirás automovilismo las 24 horas del día?

- Mi vida es muy dinámica, tiene cero rutina. Estoy muy encima del auto de carrera, toda la parte técnica, de mis autos de TC, de mi camioneta. Estoy en algo que me lleva muchísimo tiempo. Después, también toda la parte del entrenamiento, el simulador, las entrevistas, reuniones con sponsors, muchos viajes... No tengo una rutina, es cero rutinaria mi vida. Por ejemplo hoy estoy en Arrecifes, en pleno contacto con el taller porque estamos cerca de la carrera. Hace un rato estuve con el simulador, a la tarde voy al gimnasio, permanentemente con el teléfono. El hecho de hacer tres categorías me lleva tiempo, muchos viajes, y la parte técnica también me lleva muchísimo tiempo.