Juan Román Riquelme y Martín Palermo fueron los dos grandes protagonistas de la reciente época dorada de Boca Juniors durante la década de los 2000. Es que, con ambos vistiendo la camiseta azul y oro, el club ganó la Copa Libertadores en el 2000 y en el 2007, junto con la histórica Copa Intercontinental en la que vencieron a Real Madrid en Japón.
Sin embargo, las tensiones entre los dos máximos ídolos en la historia del 'Xeneize' marcaron los años que compartieron equipo ya que los sucesivos planteles se dividieron en grupos marcados. Así lo narró el brasileño Luiz Alberto, uno de los refuerzos más insólitos en el último tiempo de la institución, quien apenas llegó a jugar seis partidos oficiales con estos colores.
"Cada uno con su grupo. Yo ya había pasado por eso. Entonces hablé y dije que era una porquería. Cada uno en su rincón y bla, bla, bla. Ibas para el campo, tenías a esos grupos así, divididos", contó el exdefensor con paso por Fluminense, Athletico Paranaense y Atlético Mineiro en su país. "Yo jugué allí durante tres meses. Si me preguntas hoy, no iría… No aconsejo a nadie ir. A ningún brasileño. A los argentinos no le gustan los brasileños. No les gustan. Te hablo de fútbol, ¿ok? Parte del fútbol. No les gustan, hermano", sentenció.
Luiz Alberto tuvo su presentación en Boca el 26 de febrero de 2010 en un empate por 1 a 1 frente a Estudiantes de La Plata, bajo la dirección técnica de Abel Alves. Llegó a disputar cinco encuentros más, entre ellos la recordada victoria en el Superclásico ante River Plate por 2 a 0 en La Bombonera. Su estadía en el cuadro de La Ribera no es un grato recuerdo para el carioca: "Entraba al vestuario, me sentaba en mi lugar y me quedaba ahí porque lo sabía. Iba a entrenar, me cambiaba de ropa, me duchaba e iba con mi familia. Tuve que llevar a mi familia allá porque si no, no iba a aguantar", reveló.
¿Por qué se llevan mal Riquelme y Palermo?
Alejados desde la época de compañeros con estos colores, las distintas personalidades de ambos y los egos generaron que muchas veces apenas se saludaran en los entrenamientos. De hecho, el exatacante lo reconoció durante una entrevista con Marcelo Palacios en Marca y Presión (TyC Sports) en 2011. Allí admitió sobre Román: "Él tiene una forma de ser diferente a la mía, por eso nunca llegamos a ser grandes amigos, no éramos compatibles. Era ´buen día, hasta mañana´ y no más que eso".
"Al principio teníamos una mejor relación como compañeros, pero uno en la vida va creciendo y va queriendo elegir sus amistades, su gente", añadió el platense. Finalmente, aclaró: "A veces intento buscar y encontrar un punto de inflexión, pero no lo encuentro... Nunca nos fuimos a las manos igual. No dirigiría a Boca estando él". Allá por el 2008, los rumores explotaron con respecto a que las diferencias entre ambos recrudecieron por algunos vínculos que el entonces artillero tenía con la barrabrava de La 12 y por ciertos consensos con la directiva de aquel entonces, los cuales al número 10 no le cerraban.