La historia de Mónica Croavara está íntimamente ligada a la de Miguel Ángel Russo, uno de los entrenadores más respetados del fútbol argentino que murió este miércoles a los 69 años. Discreta, reservada y alejada del mundo mediático, fue una figura clave en la vida del técnico, acompañándolo en momentos de éxito profesional y en los desafíos más difíciles de su vida personal. Conocé su conmovedora historia.
La historia de amor entre Miguel Ángel Russo y Mónica Croavara
La relación entre Miguel Ángel Russo y Mónica Croavara comenzó gracias a dos amigos en común, quienes los presentaron en una etapa en la que ambos habían atravesado separaciones. Según contaron allegados, el encuentro significó para ambos una nueva oportunidad de creer en el amor, construyendo una relación basada en el respeto, la compañía y la contención mutua.
Desde entonces, la pareja consolidó una unión sólida y reservada. A lo largo de los años, Mónica se mantuvo alejada de la exposición pública, eligiendo acompañar a Russo desde un perfil bajo, mientras el exentrenador de Boca Juniors y Rosario Central desarrollaba una extensa carrera en los principales clubes del país y del extranjero.
El rol fundamental de Mónica durante la enfermedad de Russo
Uno de los momentos más difíciles en la vida del exdirector técnico fue cuando le diagnosticaron cáncer de vejiga. Durante ese proceso, la esposa de Miguel Ángel Russo se convirtió en su sostén principal, asumiendo un papel esencial en su recuperación.
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El propio Russo, en distintas entrevistas, destacó el rol de su compañera en ese tramo de su vida. “Fue la que más investigó y se preocupó por conocer cada detalle de la enfermedad”, reconoció en una charla con medios locales. Esa actitud refleja el compromiso y la dedicación de Mónica, quien estuvo presente en cada etapa del tratamiento, acompañándolo con discreción pero con una presencia constante.
Además del apoyo emocional, Croavara fue clave en la reorganización de la vida familiar durante esos meses, brindando equilibrio y serenidad en un contexto difícil. Su presencia fue fundamental para que Russo pudiera regresar al trabajo y seguir vinculado al fútbol, su gran pasión.
Una pareja unida por la sencillez y el afecto
Más allá de la figura pública de Miguel Ángel Russo, la vida familiar de la pareja siempre se caracterizó por la sencillez. En una entrevista con el programa “Super Deportivo Radio” de Radio Villa Trinidad, Russo contó una anécdota que dejó en evidencia la cercanía y complicidad con su esposa: “En esta etapa de mi vida y este año que estuve en Central me alejé de todo, perdí todo lo formal, lo relacionado con mi casa. Hasta le pido a mi mujer plata cuando tengo que salir”.
El comentario, que fue tomado con humor, también reflejó la naturalidad de su vínculo y el apoyo cotidiano que Mónica le brindó incluso en los aspectos más simples de la vida.
Mónica Croavara, el gran amor y apoyo de Miguel Ángel Russo
A lo largo de su trayectoria, el entrenador mantuvo un fuerte sentido familiar, y en ese universo, Mónica Croavara ocupó siempre un lugar central. Su compañía fue decisiva no solo durante la enfermedad, sino también en los años posteriores, en los que Russo volvió a dirigir y se mantuvo activo en el fútbol argentino.
Discreta y afectuosa, la esposa de Miguel Ángel Russo representó un ejemplo de lealtad y contención, acompañando en silencio los momentos más importantes de la vida del técnico. Su figura se consolidó como un pilar emocional, símbolo de amor y fortaleza detrás de uno de los hombres más queridos del deporte nacional.