Una selección que hasta hace poco era casi desconocida a nivel global sorprendió al mundo del fútbol al lograr, por primera vez en su historia, la clasificación a un Mundial. Cabo Verde, un país de menos de 500.000 habitantes conformado por un archipiélago de diez islas en el Atlántico, se aseguró un lugar en la próxima Copa del Mundo 2026 que se disputará en México, Estados Unidos y Canadá.
Cabo Verde acaba de escribir uno de los capítulos más sorprendentes del fútbol africano y mundial. Con una liga local de infraestructura modesta, la selección insular alcanzó su primera clasificación a un Mundial, un hecho que hasta hace pocos años parecía inalcanzable. El histórico pasaje al Mundial 2026 quedó sellado tras el contundente 3-0 frente a Suazilandia, con goles de Dailon Livramento, Willy Semedo y Stopíra, que desataron la celebración en las diez islas que conforman el archipiélago.
La campaña no fue casualidad: Cabo Verde finalizó como líder del Grupo D, con 23 puntos, superando a potencias africanas como Camerún, Libia, Angola, Mauricio y la propia Eswatini. Un rendimiento sólido, constante y lleno de señales de crecimiento.
Cabo Verde es una república archipelágica situada en el océano Atlántico, frente a la costa de África Occidental, que tiene dies islas de origen volcánico. Su capital y ciudad más grande es Praia, ubicada en la isla de Santiago. La población aproximada de Cabo Verde es de alrededor de 525.000 habitantes; sin embargo, se estima que la diáspora caboverdiana (principalmente en Estados Unidos, Portugal, Francia y Países Bajos) es significativamente mayor que la población residente. Los caboverdianos son el resultado de la mezcla de colonos portugueses y esclavos africanos.
Los Tiburones Azules y una revolución silenciosa
El ascenso de Cabo Verde no se produjo de un día para otro. Su camino rumbo a la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá comenzó con resultados prometedores: un empate ante Angola y una victoria como visitante ante Suazilandia, que despertó expectativas en todo el continente.
Un punto clave en la transformación fue su participación en la Copa Africana de Naciones, en la que alcanzaron los cuartos de final y solo quedaron eliminados por Sudáfrica en una dramática tanda de penales. Esa actuación hizo que el resto del continente mirara a Cabo Verde como un equipo capaz de competir en serio.
Sin embargo, el proceso no fue lineal. Tras un descenso de nivel en la clasificación a la CAN, en la que finalizaron últimos en su grupo, detrás de Egipto, Botsuana y Mauritania, el equipo conducido por Pedro Leitão Brito supo recomponerse. Las victorias ante Angola y Mauricio devolvieron la confianza y los triunfos frente a Camerún y Eswatini terminaron de consolidar una campaña histórica.
El secreto del éxito: el éxodo que potenció al país
A diferencia de otras selecciones africanas con grandes estructuras locales, Cabo Verde enfrenta limitaciones evidentes: infraestructura reducida, menor inversión y una liga doméstica poco competitiva. Pero supo convertir su debilidad en fortaleza.
Buena parte del plantel está compuesto por futbolistas que se formaron en el exterior, principalmente en Portugal, Francia y Países Bajos. El éxodo de jugadores, lejos de dividir, solidificó un proyecto: futbolistas con formación europea y fuerte identidad nacional optaron por representar a su país de origen.
El resultado es un equipo intenso, vertical, compacto y con una identidad futbolística muy marcada. Mérito del cuerpo técnico, que logró establecer continuidad, orden y una filosofía basada en el compromiso colectivo.
Las figuras de Cabo Verde que pueden sorprender en el Mundial
- Djaniny Tavares: Delantero potente y desequilibrante, con pasado en México, Arabia Saudita y Turquía. Uno de los goleadores más importantes en la historia del seleccionado.
- Ryan Mendes: Capitán, líder y referente. Extremo rápido, con experiencia en Lille, Nottingham Forest y el fútbol árabe. La brújula ofensiva del equipo.
- Garry Rodrigues: Atacante explosivo, capaz de romper líneas y definir. Jugó en Olympiacos, Galatasaray y clubes de élite de Europa del Este.
- Stopíra: El emblema defensivo. Lateral izquierdo con años de rodaje en Europa; voz de mando en la última línea.
- Vozinha: Arquero histórico de la selección. Recordado por actuaciones decisivas en la Copa Africana de Naciones.
- Willy Semedo: Extremo con potencia y gol. Su crecimiento en clubes europeos lo convirtió en una pieza clave.
- Dailon Livramento: Una de las apariciones más destacadas. Con llegada al área y personalidad, se transformó en uno de los nombres del ciclo.
¿Qué esperar de Cabo Verde en el Mundial 2026?
Aunque no partirán como favoritos, los Tiburones Azules ya demostraron que son capaces de desafiar a rivales de mayor jerarquía. Su intensidad física, solidez táctica y la madurez competitiva adquirida en los últimos años los posicionan como potencial revelación.
Además, llegarán sin presión, con un plantel que mezcla experiencia europea, juventud y un fuerte sentido de pertenencia. Un cóctel que puede generar más sorpresas en la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá.
